Hombres atacaron sexualmente y descompusieron a una robot en feria tecnológica de Austria

Como si no bastara con las agresiones a mujeres reales en todo el mundo, al parecer las robots "para adultos" también llegaron para ser receptoras de la violencia de algunos depredadores sexuales.

Samantha es una robot sexual rubia y de ojos azules que cuesta más de 4.000 dólares. La semana pasada se reportó que la muñeca había sido tratada de manera inapropiada por hombres sexualmente desesperados, en el festival tecnológico Ars Electronica, en Linz, Austria.

Su inventor, Sergi Santos, publicó que los hombres «la habían ensuciado grotescamente» y que le habían quebrado dos dedos mientras montaban sus pechos, piernas y brazos, causando una falla generalizada en la robot.

Antes de ser totalmente dañada, Samantha se desplazaba por el lugar, hablaba a los visitantes del festival, daba cálidos abrazos y les preguntaba cómo estaban. Los robots con softwares de inteligencia artificial, como Samantha, son capaces de responder de manera simple a diferentes lenguajes y pueden sentir cuando los tocan.

Luego del salvaje ataque, que dejó a Samantha con los pechos destrozados, Santos dijo que la robot sexual había tenido que ser llevada a Barcelona, donde sería limpiada y reparada. Aunque las partes de su cuerpo fueron arruinadas, el software aún estaba en buenas condiciones.

«La gente puede ser mala. Porque no entendieron la tecnología y porque no tenían que pagar por ella, trataron a la muñeca como unos bárbaros», dijo Santos. Agregó que «Samantha puede soportar mucho, saldrá adelante».

Santos ha dicho que ha vendido 15 de estas muñecas, tal vez debido a la actual moda de las muñecas sexuales en la industria austríaca. La más conocida ha sido Fanny, una robot sexual de la que se habla tanto que se volvió la trabajadora sexual más popular del burdel Kontakthof, en Viena.

«La robótica y la inteligencia artificial tienen un largo camino que recorrer en la sofisticación técnica del parque temático en Westworld, pero ya estamos empezando a ver que las muñecas se están usando en la industria del entretenimiento adulto, y podemos esperar que las robots se les unan pronto», dijo a Daily Mail el profesor Noel Sharkey, de la Universidad Sheffield, en agosto.

Incluso algunos dueños de burdeles han decidido agregar estas muñecas a sus listas de servicios. Peter Laskaris, dueño de un prostíbulo en Vienna, dijo que piensa que otros burdeles también van a considerar dar este paso, independiente de cuán costosos sean las robots, porque son «un fetiche que está de moda».

Fuente, IFLScience

El Ciudadano

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