Investigación en la Antártica revela gran potencial biotecnológico

Una investigación del Instituto Antártico Chileno (Inach) arrojó el descubrimiento de bosques submarinos, bacilos que viven en ambientes extremos, microorganismos fotosintéticos, garrapatas en pingüinos, musgos que colonizan lugares cubiertos por el hielo, bacterias y fósiles que demuestran el pasado fértil del continente antártico

Por Director

27/03/2011

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Una investigación del Instituto Antártico Chileno (Inach) arrojó el descubrimiento de bosques submarinos, bacilos que viven en ambientes extremos, microorganismos fotosintéticos, garrapatas en pingüinos, musgos que colonizan lugares cubiertos por el hielo, bacterias y fósiles que demuestran el pasado fértil del continente antártico.

El hallazgo se realizó gracias a XVLII Expedición Antártica de Chile organizado por el Inach y financiado por el Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondecyt). Además la investigación tiene como asociado al Instituto de Geología de la Universidad de Heidelberg (Alemania) y la cooperación de científicos de la Universidad de Chiba, Japón.

La iniciativa científica tenía principalmente dos objetivos: buscar materia prima para la generación de productos con aplicaciones industriales y proyectar a largo plazo la investigación en biorecursos con la formación de capital humano y la adquisición de la infraestructura tecnológica.

EL POTENCIAL EN BIO RECURSOS

Debido a las condiciones de aislamiento y frio, el continente antártico alberga un potencial biotecnológico que puede ser utilizado en la industria química y bioquímica, según señaló la coautora de la investigación, la Dra. Jenny Blamey, de la fundación Biociencia.

La doctora Jenny Blamey, explicó que «se trata de microorganismos capaces de disolver el petróleo del agua, independientemente de si se encuentran en condiciones ideales o extremas, lo que permitiría enfrentar exitosamente los derrames de petróleo”.

Además agregó que «también se detectaron microorganismos que soportan la radiación ultravioleta y los rayos gamma, los cuales podrían ser usados a nivel industrial para la fabricación de bloqueadores solares”.

Dentro de los biocompuestos encontrados está una serie de enzimas que permiten trasformaciones de interés para la producción química. Por ejemplo se encontró sustancias agarolíticas, las cuales tienen propiedades degradadoras con las proteínas en la industria alimenticia. Este compuesto es principalmente extraído de algas.

También se encontró un microorganismo (deinoccus sp.) con la habilidad de resistir niveles altísimos de radiación gamma y ultravioleta. La exposición a esta radiación se debe en parte a la disminución de la capa de ozono, por lo que los científicos creen que es una forma de adaptación a las condiciones de la Antártica. Esta misma forma de radiación es mortal para otros organismos, siendo su inmunidad objeto de estudio para el desarrollo en la industria cosmética como principios activos en cremas fotoprotectoras.

SE IMPLEMENTA UN LABORATORIO EN MEDIO DEL CONTINENTE BLANCO

Otro de los aspectos relevantes del proyecto es que posibilitó implementar un laboratorio de microbiología, bioquímica y biología molecular en medio de la Antártica, la base “Profesor Escudero”, el primer centro de investigación chileno de ese tipo. El objetivo de la implementación es potenciar la cooperación internacional y la formación del capital humano.

Este proyecto se suma al Laboratorio de Biorrecursos Antárticos, implementado en Punta Arenas a cargo del Dr. Marcelo González, del Inach. El centro ha desarrollado proyectos relacionados con el estudio del comportamiento del sistema inmunológico del erizo antártico frente a la sobreexposición térmica; ello en un contexto de incertidumbre ante los efectos del calentamiento global en el ecosistema polar.

Por Gustavo Peralta Vargas

El Ciudadano

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