Japoneses crean un robot que ejercita y «suda» como los humanos

Kengoro y Kenshiro son capaces de moverse de una manera natural y similar al movimiento humano; algo que no se había visto en ningún otro robot.

Science Robotics/AAAS/YouTube

Kenshiro y su «hermano» más joven, Kengoro, son dos robots japoneses creados con un parecido sin precedentes a la anatomía humana. La obra es de unos científicos de la Universidad de Tokio.

Su diseño único los hace capaces de moverse de una manera natural y similar al movimiento humano; algo que no se había visto en ningún otro robot.

La capacidad de ejercicio de Kengoro y Kenshiro probablemente supera a muchos humanos que no suelen hacer ejercicio. Pueden hacer sentadillas, flexiones e incluso estiramientos. Pero su habilidad más sorprendente es sudar.

La maquinaria que permite que este tipo de robot se mueva como haciendo ejercicios de calentamiento, requiere que a través de su marco de metal circule agua para enfriarlo. Para completar este enfriamiento, el proceso termina con el vapor de esta agua saliendo a través de unos agujeros en el esqueleto del robot.

Quizás sea un sinsentido que los ingenieros hayan creado estos robots para estudiar los movimientos humanos. Pero a largo plazo, estos sistemas podrían ser útiles como muñecos para pruebas de choque, ya que su movilidad podría conducir a lecturas más precisas que los maniquíes que se usan actualmente.

A medida que la tecnología progresa hacia el futuro, Kengoro y Kenshiro podrían ser la inspiración para verdaderos robots de búsqueda y rescate.

En este sentido, no se sabe a dónde nos puede llevar el avance de la unión entre la robótica humanoide y la inteligencia artificial (IA). Aunque todavía estamos lejos de tener robots con IA que se parezcan tanto a los humanos que se confundan con nosotros.

Aún así, parece que nos estamos acercando a esa posibilidad. La fantasía de fusionar el movimiento humano de Kengoro con la inteligencia casi humana de Sophia (de Hanson Robotics, será una hazaña extremadamente compleja, pero ambas tecnologías están creciendo a un ritmo cada vez más rápido.

Las posibles aplicaciones de tecnologías tan poderosas tendrían un enorme impacto en la sociedad del futuro y se supone que serán mucho más que la atracción «turística» que son hoy.

El Ciudadano, vía Futurism

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