Falsos positivos de uso de armas química por ejército de Bashar al-Ásad

Trump prepara posible intervención militar en Siria

La agencia europea de tráfico aéreo Eurocontrol ha alertado a todas las compañías que tomen precauciones en el Mediterráneo oriental ante la posibilidad de ataques aéreos en las próximas 72 horas. Washington parece contar con el apoyo de Inglaterra y Francia

Estados Unidos se prepara para un posible ataque a Siria, apoyado por el Reino Unido y Francia, entre otros, bajo los falsos positivos del uso de armas químicas por parte del ejército del presidente Bashar al-Ásad contra rebeldes.
Mientras un equipo de investigación de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas se organiza para investigar el supuesto uso de gases letales en Duma, el gobierno de Donald Trump quiere probar su laboratorio de guerra en Siria.
La decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de poner en marcha una posible intervención militar contra el régimen sirio ha empezado a tener efectos prácticos. La agencia europea de tráfico aéreo Eurocontrol ha alertado a todas las compañías que tomen precauciones en el Mediterráneo oriental ante la posibilidad de ataques aéreos en Siria en las próximas 72 horas.
La advertencia, según agencias internacionales, se refiere especialmente al lanzamiento de misiles de crucero y previene también de posibles interrupciones en los equipos de radionavegación. «Han de tomarse las medidas convenientes en los planes de vuelo en el Mediterráneo oriental», señala Eurocontrol.
El embajador sirio ante la ONU, Bashar al Jaafari, acusó a Estados Unidos, Francia y otros países occidentales de hacer acusaciones falsas contra Damasco para “abrir la vía a un ataque en Siria como la agresión criminal de Estados Unidos y Gran Bretaña en Irak en 2003”.
Washington le solicitó al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que vote una resolución sobre la intervención. Rusia pidió lo mismo, pero para detener cualquier respuesta militar. Un pulso diplomático que empeora una guerra que acaba de entrar en su séptimo año y deja medio millón de muertos.
El equilibro de la región es cada vez más inestable y las tensiones entre Occidente y Rusia sólo escalan. La solución a la cruel guerra queda como la cuestión menor; la carnicería sigue, los débiles siguen muriendo, se siguen violando todos los derechos humanos y el conflicto interno parece no tener fin.

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