A la cazsa de Goliat


Por Director

13/09/2006

Publicado en

Editorial

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Para caminar rápido, debes andar lento… mas cuando sientas firmeza en tus pies, no te detengas en brincar. Un paso tras otro, El Ciudadano se convierte en el primer medio escrito de la historia nacional que desde regiones, desde la periferia, golpea todo tipo de centralismo. No tenemos miedo en nuestras letras y nos entregamos en cada número por dar un giro y tomar por las orejas a la utopía enfrentando a los dogmáticos.


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Tenemos un mensaje especial y es que, bajando de la cruz tras nuestro número 33, desafiamos una vez más a toda truculencia, y a cada protector de la mentira y el engaño de este país, a todos aquellos que piensan que pueden mantener a la población desinformada mediante sus redes de poder insostenible. Los desenmascararemos, tarde o temprano. Ya estamos en todo Chile, nos hemos convertido en un medio de comunicación con circulación de Arica a Punta Arenas.
Hoy, muchas personas tendrán por primera vez en sus manos un ejemplar de El Ciudadano, un noble proyecto que ha ganado espacios por su especial enfoque y que tiene un nombre, un respeto, pues marca y se convierte en referente en cada comuna a la que ha llegado durante su desarrollo.
Nacimos en la provincia de Valdivia, la futura Nueva Región de los Ríos. Protegemos nuestro entorno y ambiente de todo capital extranjero usurpador. Somos más que una publicación periodística, pues más allá de informar, invitamos a la acción. Nuestro discurso versa sobre devolver el poder al individuo; empoderar a nuevos grupos; cambiar a los actores; y dejar claro que cada uno de nosotros contamos, que somos importantes y mucho más capaces que lo que puede hacer una ruma de billetes o una maquinaria partidista. Somos valiosos, pues somos múltiples voces unificadas, somos El Ciudadano, una política pública que se mancomuna desde regiones, integrando el territorio.
De seguro, todo lo que les comentamos tomará algo de tiempo -como ya saben nuestros lectores asiduos-, pero estamos aquí para hacer que las manijas del reloj giren con mayor rapidez, somos luchadores incansables y perseverantes, porque tenemos urgencia en entregar un mensaje que todos conocen y comparten en algún lugar de su humanidad. Somos una ola que aún no encuentra la playa, un eslabón que se niega a ser sepultado y que a lo largo de la historia de la humanidad ha tratado de ser acallado: el espíritu rebelde en búsqueda de justicia.
Este es un nuevo capítulo, sin duda, para continuar como predicadores del futuro, con visiones y líneas de desarrollo concretas de lo que deseamos para nuestras comunas, provincias y vecindarios. Deslegitimaremos al poder exacerbado y limpiaremos sus redes de suciedad. Convenceremos mediante ideas y el uso de la razón, somos y seremos un periodismo de acción que trasciende el ejercicio tradicional de la prensa nacional, un modelo en sí mismo, una herramienta inteligente que no sirve ni a intereses partidistas, ni empresariales, un circulante quincenal que llegará a cada una de sus ciudades rompiendo el duopolio de la prensa escrita de este país.

Bruno Sommer

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