Estas son 5 prácticas horribles a las que se fuerza a las mujeres en todo el mundo

Aunque hemos recorrido mucho camino, aún existen lugares en el mundo en el que las niñas soportan todo tipo de vejaciones, abusos y mutilaciones, por el simple hecho de ser mujer

Por Carlos Montes

29/09/2016

Publicado en

Género / Tendencias

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Aunque hemos recorrido mucho camino, aún existen lugares en el mundo en el que las niñas soportan todo tipo de vejaciones, abusos y mutilaciones, por el simple hecho de ser mujer. Es necesario que la opinión pública conozca estos actos, para que las organizaciones internacionales se vean obligadas a tomar medidas de protección.

Alimentación forzada

En Mauritania, un país situado en el noroeste de África, se considera la obesidad como un rasgo de belleza femenina, sobre todo a la hora de contraer matrimonio.Por eso, cuando el momento de buscar marido se aproxima, las niñas son alimentadas de forma forzosa por sus familias, con dietas de más de 16.000 calorías al día. La alimentación forzosa suele comenzar cuando la niña se hace mujer, momento en el que empiezan a sobrealimentarlas obligándolas a beber grandes cantidades de leche de camello, incluso infligiéndoles dolor si fuera necesario.

Según el dicho popular: «La mujer ocupa en el corazón de su hombre el mismo espacio que ocupa en la cama».

Aunque esta práctica ha disminuido notablemente en las zonas más urbanas de Mauritania, la tradición social está tan arraigada que las novias tratan de ganar peso antes de la boda como parte de su ritual de belleza. Algunas de ellas recurren al uso de fármacos con cortisona o drogas destinadas a aumentar de peso al ganado, algo que resulta sumamente peligroso y que se ha traducido en varias muertes en lo que llevamos de año.

Desterradas durante la menstruación

En Nepal se considera que la mujer es impura cuando tiene la menstruación y, por ese motivo, se le prohíbe realizar actividades normales como comer con sus familias, entrar en un templo o manipular alimentos. Tampoco pueden mirarse en los espejos o peinarse durante esos días. En muchos pueblos, no pueden ni siquiera dormir en casa, sino que se les obliga a convivir en el establo con los demás animales.Esta práctica afecta tanto a su salud mental como física, ya que además de sentirse excluidas socialmente por algo que no pueden controlar, las condiciones de higiene y acceso al agua empeoran durante esos días, aumentando el riesgo de infección.Las adolescentes tampoco tienen permiso para asistir a clases, lo que provoca deficiencias en su educación y el aumento del número de niñas que abandonan los estudios.

Ablación genital

Apenas 15 minutos son suficientes para causar un sufrimiento de por vida. Esta monstruosa aberración, practicada en condiciones pésimas de higiene y seguridad, no tienen ningún efecto positivo en la salud de la víctima. Lo único que se consigue es privar a la víctima del placer sexual y el correcto funcionamiento del aparato urinario.La mutilación se realiza sobre los 9 años de edad, sin anestesia, mientras la niña grita aterrada y sus familiares festejan que ya es mujer. No es extraño que sufran colapso neurogénico, debido al intenso dolor, una infección o incluso la muerte por la pérdida masiva de sangre.Según los datos presentados por las organizaciones no gubernamentales, al menos 137 millones de mujeres en todo el mundo han sido mutiladas, a pesar de las protestas y la presión internacional, considerándola una absoluta violación de los derechos humanos. Si quieres saber más acerca de esta trágica realidad y contribuir para erradicarla, aquí tienes más información.

Niñas obligadas a casarse

Según los datos presentados por UNICEF, 700 millones de niñas han sido obligadas a casarse siendo menores de 18 años. De hecho, más de un tercio tenían menos de 15 años.El matrimonio infantil es una realidad en todo el mundo, aunque es más frecuente en lugares de extrema pobreza como la India, Yemen, Guatemala, Nepal o Etiopía. Las niñas solo son valoradas por su sexualidad, fertilidad y como mano de mano de obra, convirtiéndolas prácticamente en esclavas. Por supuesto, son apartadas del colegio, no tienen capacidad para obrar libremente y solo viven para complacer a sus maridos.Muchas de ellas no saben cuidar de sí mismas, pero pronto se convierten en madres, y no es extraño que sean forzadas durante el proceso. También es frecuente que sufran violencia doméstica y otros abusos.

El secuestro de la novia

En la misma línea, en ciertos países de Asia Central, el Caúcaso y zonas de África, existe una «tradición» conocida como matrimonio por secuestro, una práctica que en cualquier otro lugar del mundo sería considerada delito.En ella, un hombre y sus familiares secuestran a una mujer con intención de casarse con ella. Tras un período de rapto de entre 3 y 5 días, la unión se da por consumada. En muchas ocasiones, también se las viola con la intención de dejarlas embarazadas, de forma que el secuestrador, alegando la paternidad sobre el hijo, pueda reclamarla como esposa.No es raro que una vez formalizado el matrimonio, el secuestrador vuelva para congraciarse con la familia de la novia, pedirles perdón y resarcir la pérdida con una vaca o algún bien en compensación. Las mujeres solo son consideradas mercancía.En algunos países como Kazajistán, la población divide los matrimonios por secuestro en dos categorías: captura o fuga. En los de captura se produce un secuestro común, pero en la fuga es la novia la que permite su secuestro, para escapar con quien en realidad quiere y no con quien su padre desee casarla. Sin embargo, en caso de fracasar la unión, la mujer se encuentra igualmente estigmatizada y desprotegida. Si deseas colaborar para erradicar estas prácticas, puedes hacerlo con UNICEF, tooyoungtowed.org o africafoundation.org

Vía: La voz del muro

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