Jóvenes ucranianos obligados a luchar en el frente

Decenas de niños ucranianos fueron adoptados por familias españolas a partir de la castástrofe ocurrida en Chernóbil. Ahora esos niños tienen en 16 y 20 años y son llamados a cumplir el servicio militar obligatorio para luchar en la guerra que libra Ucrania contra Rusia.

Jóvenes ucranianos

Una temible carta cambió la vida de Tola y Yua, dos jóvenes de 18 y 16 años que nacieron en Ucrania pero que actualmente viven en España.

El gobierno de Kiev les envió recientemente una carta informándoles de que tienen que regresar a su país para cumplir el servicio militar obligatorio, algo que perturba por completo la estabilidad de sus vidas. El gobierno ucraniano les comunica a través de esta carta que deben pasar la inspección médica para que, en el caso de ser aptos, trasladarse a un campo de adiestramento donde les praprarán para ir al frente de la guerra, frente en el que han muerto ya casi 6 mil personas, según la información facilitada por Naciones Unidas.

Como Tola y Yula, decenas de niños ucranianos residentes en España tras el desastre de Chernóbil se ven obligados a cumplir con el servicio militar imperativo para todos los ciudadanos nacidos en Ucrania. Son jóvenes menores de 20 años que no quieren ir a una guerra cada vez más violenta de la que se desconoce por completo cuándo y cómo terminará.

Slavick nació en Ucrania pero lleva 13 años residiendo con una familia de acogida en una provincia española y confiesa: «Es algo sobre lo que he pensado mucho últimamente, porque mis hermanos y yo nos encontramos en la edad límite para alistarnos y cumplir el servicio militar. Sé que soy incapaz de quitar la vida a una persona. Me da igual que sea prorruso o no lo sea. Desde aquí piensas que tienes que meterte en un campo de batalla y luchar en el frente y te parece que estás dentro de una película, que no es real lo que te está sucediendo».

Algunos de los padres de acogida de estos jóvenes ucranianos llamados al frente han solicitado la protección internacional de los menores en España, pero eso sólo les permite permanecer en el país junto a su familia de adopción durante seis meses más.

Según la información publicada en el diario El Pais, Adela, una de las madres de los jóvenes ucranianos señaló que el tema es complicado y difícil por lo que le cuesta pensar en una posible solución: «Son niños que han vivido sus particulares dramas y ahora están en una realidad muy diferentes«.

Los jóvenes ucranianos viven observando sus televisores y atendiendo a cada nueva información que llega acerca del conflicto latente entre Ucrania y Rusia deseando que algún día el alto el fuego sea real y que la guerra termine antes de que su gobierno les obligue a luchar en el frente.

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