Judith Kelly: “Estados Unidos ha cometido crímenes de Lesa Humanidad”

El 12 de septiembre recién pasado, comenzó el juicio contra quince activistas en Estados Unidos, participantes del Observatorio por el cierre de la Escuela de las Américas (SOAW por su siglas en inglés), el Tribunal de Justicia acogió el proceso por su negativa a pagar una multa impuesta como castigo por participar en una protesta […]

Por Cesarius

19/09/2011

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El 12 de septiembre recién pasado, comenzó el juicio contra quince activistas en Estados Unidos, participantes del Observatorio por el cierre de la Escuela de las Américas (SOAW por su siglas en inglés), el Tribunal de Justicia acogió el proceso por su negativa a pagar una multa impuesta como castigo por participar en una protesta contra la Escuela de las Américas. Judith Kelly era una de las activistas y ofrece su testimonio.

Recordemos que el 10 de abril pasado, frente a la Casa Blanca, los manifestantes simularon ser personas asesinadas por los Estados Unidos, lanzándose al suelo. Fueron acusados entonces, por la autoridad, de “desordenes” y de “interrumpir el tráfico”.

La Escuela de las Américas, pese a que hoy funciona con otro nombre, es una academia militar que da entrenamiento a soldados de América Latina y donde se han descubierto Manuales de Tortura, entre otros.

Chile es el segundo país que más soldados envía a este lugar después de Colombia, un país sindicado de violar reiteradamente los derechos humanos en el presente.

Dentro de los activistas que van a juicio, se encuentra la Maestra por la Paz, Judith Kelly, quien el 2003 fue prisionera de conciencia pasando tres meses encarcelada junto a otros de sus compañeros. Entonces fue condenada por ingresar ilegalmente al Fuerte Benning (Georgia, Estados Unidos), donde opera la también conocida “Escuela de Asesinos”.

-¿Por qué participaste en las protestas de abril? ¿Qué te motiva particularmente?

-El 10 de abril, en frente de la Casa Blanca, pensé en mis viajes a Chile, con delegaciones de derechos humanos, el 2008 y 2009. Allí conocí a mucha gente muy impresionante, pero durante las protestas de abril 2011 estuve pensando específicamente en Carolina González Toro, hija de un “ejecutado político” de Ramón González Ortega.

A veces pienso que tengo que ir donde cada víctima de la política de los Estados Unidos, por todo el mundo, pidiendo disculpas. Hace poco fui a Afganistán y allí me sentí muy avergonzada por lo que ha sufrido la gente a consecuencia de la intervención de Estados Unidos.

Además, fue para mí un gran honor participar en la protesta con el fundador de este movimiento que ha sido tan importante en mi vida. El padre Roy Bourgeois es un héroe y quise acompañarlo en esta acción frente a la Casa Blanca.

-¿Qué le dijiste al juez sobre tus motivaciones para participar de la protesta?

-Cuando fui a Chile, el testimonio de Carolina me afectó profundamente, porque reconocí claramente que el gobierno de los Estados Unidos ayudó en el golpe del 11 de septiembre de 1973. Con lágrimas, le ofrecí mi más profundo pésame y pedí perdón, en nombre de mi país, por su trauma y por el dolor que la muerte de su padre causó a su familia.

Ramón González Ortega fue un empleado del gobierno civil del Presidente Allende, vivía en Puente Arenas, sin militancia  política.

Cuando nuestra delegación, esa vez, se encontró con la Agrupación de Familiares de los Ejecutados Políticos (Afep), todos los testimonios fueron conmovedores, pero quedó en mi memoria el testimonio de Carolina porque fue la primera vez que ella habló a un grupo internacional sobre la muerte de su padre. Ella nos contó que en 1973 tenía solamente 10 años cuando su padre fue llevado por militares chilenos.  Él fue asesinado el 30 de octubre del mismo año.

Yo sé que hubo miles de victimas durante los 17 años que duró Pinochet, los que sobreviven y fueron torturados y también las madres que hasta hoy no saben dónde están sus hijos desaparecidos. Pero la situación de una niña inocente de 10 años, lo que Carolina ha tenido que vivir hasta hoy día, eso es algo que no puedo olvidar, que llevo conmigo. -Eso es lo que planeó decirle al Juez Sullivan el 12 de septiembre-.

A pesar de que el Congreso de Estados Unidos y el Presidente Obama se niegan a escuchar nuestro clamor para cerrar la Escuela de los Asesinos, estoy convencida de que tenemos la responsabilidad de decir la verdad tal como la hemos aprendido y vivido. Si el juez nos encuentra culpable de contar la verdad, yo lo tomo como una insignia de honor y seguiré diciendo la verdad y asumiendo las consecuencias.

-¿Qué mensaje quieres dar, con tu acción, a los Estados Unidos?

-Nuestro gobierno de los Estados Unidos, bajo administraciones republicanas y demócratas, ha cometido crímenes de lesa humanidad. Esos crímenes han causado la muerte de inocentes en todo el mundo. Poniéndome de pie y hablando la verdad es la única manera que puedo vivir con honor en este país. Debemos ejercer nuestros derechos a la libertad de expresión para decir la verdad y también debemos usar nuestra libertad para asumir las consecuencias.

Mi mensaje es simple: Tenemos cada uno de nosotros, ciudadanos de los Estados Unidos, el deber de hacer lo que podemos para responder con integridad a las políticas criminales de nuestro gobierno. Tenemos la responsabilidad que nuestros gobiernos tengan relaciones justas y correctas con todos los otros pueblos del mundo. Quiero vivir en solidaridad con todos y todas, quienes son mis hermanos y hermanas, mi familia.

Por Pablo Ruiz

Periodista

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