Otros se hospedan en hoteles o pensiones familiares

Al menos 4.600 venezolanos se encuentran en albergues y campamentos de Brasil

En un terreno de 22.000 metros cuadrados, a las afueras de la ciudad de Pacaraima, viven 700 personas distribuidas en 120 casas de lata

Por Luis Yañez

28/08/2018

Publicado en

Brasil / Venezuela

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En los nueve albergues que existen en Boa Vista habitan al menos 4.600  venezolanos que han atravesado la frontera terrestre con Brasil por la norteña ciudad de Pacaraima, estado de Roraima.

«Aquí nos sentimos seguros y estamos bien, podemos salir durante el día a buscar trabajo», explicó a Sputnik el informático Luis Ángel Vega, quien vive junto a su esposa y sus tres hijos en el campo de refugiados Rondon I, en Boa Vista.

La recepción de los inmigrantes venezolanos se reparte entre dos puntos: la pequeña Pacaraima, en la frontera, y Boa Vista, una ciudad de 200.000 habitantes con nueve albergues.

En Pacaraima solo hay un albergue y es para indígenas de la etnia warao; otros venezolanos que llegan hasta esta ciudad y no tienen dinero para seguir avanzando duermen en iglesias, casas de vecinos o a la intemperie.

El ejército prevé inaugurar en breve un alojamiento temporal para 500 personas, pero no será un albergue para pasar mucho tiempo, pues solo acogerá a las familias tres o cuatro días, el tiempo que tarden en resolver los trámites para alguna de las dos opciones para vivir en Brasil: el permiso de residencia o la solicitud de refugio.

El albergue más nuevo, donde vive Luis Ángel con su familia, fue inaugurado en Boa Vista a finales de julio y cuenta con unas modernas instalaciones construidas por los militares brasileños.

En un terreno de 22.000 metros cuadrados, a las afueras de la ciudad, viven 700 personas distribuidas en 120 casas de chapa, que cuentan con pequeñas ventanas y placas solares que generan la energía suficiente para cargar el celular.

A pesar de que el Gobierno brasileño prefiere usar la nomenclatura «albergue» para definir estos espacios, la apariencia es la de un enorme campamento de refugiados, idea que queda reforzada con la presencia de diversas tiendas del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

Hay muchos niños, pero no hay zona de juegos y la única sombra disponible la proporcionan unas lonas sobre un suelo de gravilla; algunos extienden allí sus colchones para evitar el intenso calor de las casetas.

https://www.elciudadano.cl/brasil/indigenas-brasilenos-protestan-por-trato-preferencial-que-reciben-waraos-venezolanos/08/28/

https://www.elciudadano.cl/venezuela/boa-vista-en-brasil-convierte-en-albergue-de-venezolanos/06/20/

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