Agua en la línea del fuego en la guerra civil siria: fuente de conflicto y blanco explícito

Las partes de la guerra civil siria atacan deliberadamente la infraestructura del país poniendo en riesgo millones de personas mediante sus agresiones contra suministros de agua y electricidad. Todavía falta aproximadamente $70 millones en asistencia humanitaria para proveer ayuda durante el invierno sirio, advierte la ONU.

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Desde el comienzo del conflicto bélico en Siria, el acceso al agua potable ha disminuido en 50% a nivel nacional. Por ahora, 12,2 millones de personas necesitan asistencia humanitaria, entre ellas se encuentran 7,6 millones de desplazados internos y más de 5,6 millones de niños. Según la ONU, las necesidades humanitarias en Siria han aumentado doce veces desde el comienzo de la crisis.

La organización internacional reporta que la ocupación por parte de varios grupos armados en el conflicto inhibe la posibilidad de entregar la ayuda humanitaria a los pueblos más vulnerables, los cuales se encuentran en territorios controlados por agrupaciones de combatientes. Se estima que unos 4,8 millones de personas se encuentran necesitadas de asistencia humanitaria en zonas de difícil acceso. Recientemente, la organización destacó que los bloqueos son tan amplios que solo se puede entregar asistencia a dos regiones del país.

En los últimos meses, las partes del conflicto sirio han dirigido sus ataques deliberadamente contra los servicios básicos y la infraestructura, entre otros blancos, las agresiones se rumbean hacia el suministro de agua, poniendo a millones de personas en riesgo. Las inhibiciones al acceso de los servicios básicos aumenta la vulnerabilidad de las comunidades sirias, las cuales ya sufren de falta de agua potable debido a los niveles de precipitación más bajos en 50 años, tanto como los daños causados al sistema público del agua. En el mes de diciembre, recortes graves de agua y electricidad dejaron más de 1,7 millones de personas sin servicios.

Desde comienzos del conflicto, analistas han contemplado el rol del acceso al agua y cómo la escasez podría haber contribuido a la intensificación de la polémica. Desde el año 2006, Siria se encuentra en una sequía que ha causado una drástica disminución de la disponibilidad de agua. Según el Smithsonian, el país experimentó una crisis medioambiental que causó a aproximadamente 200,000 personas a migrar a ciudades debido a la  devastadora cosecha. Algunos argumentan que este factor formó parte de las causas del conflicto, debido a la presión que esto causó en términos de desempleo y presión de la infraestructura de las zonas urbanas. Según algunos reportes, la sequía mató hasta el 85% del ganado en varias regiones rurales y afectó a 1,3 millones de personas entre los años 2009 y 2010.

Según el director de Pacific Institute, Peter Gleick, los fracasos agrícolas y el deterioro económico relacionado a la sequía contribuyeron a las dislocaciones de la población de Siria y la migración de las comunidades rurales a las ciudades cercanas en este tiempo.

“Varios factores provocaron la guerra civil en Siria, incluso disputas prolongadas de politica, religion e ideologia, […] tanto como consecuencias debidas a la escasez de agua provocadas por la sequía, fallos en el gestión del agua y el aumento en la influencia de cambios climáticos,” Gleick argumentó en un artículo publicado por Huffington Post. “La clave para la mitigación de riesgos en la región son las mejoras en la eficiencia del uso del agua y la productividad en la agricultura, una mejor gestión y control de los recursos de agua subterránea, y los  amplios acuerdos internacionales sobre la gestión y el intercambio de los ríos que cruzan fronteras políticas.”

Sandra Segall
El Ciudadano

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