Islandia comenzó la extracción de energía limpia de sus volcanes

Si el experimento resulta como se espera, se podrá producir hasta 10 veces más energía que el gas convencional o el petróleo, generando electricidad desde las reservas de calor de las áreas volcánicas.

Estación geotermal en Reykjanes

En un proyecto pionero en energía geotérmica, Islandia está logrando manejar el calor emitido por los volcanes para producir energía limpia.

La compañía HS Orka ha perforado casi 5 kilómetros bajo tierra en el sistema volcánico de Reykjanes, en la región de Suðurnes. El proyecto se llama Thor, en honor a la figura del antiguo dios vikingo.

Si el experimento resulta exitoso, se podría producir hasta 10 veces más energía que el gas convencional o el petróleo, generando electricidad desde las reservas de calor de las áreas volcánicas, informa el diario británico The Independent.

Islandia ha sido una nación pionera en el desarrollo de la energía geotermal, en un contexto en que el 85% de su abastecimiento energético es derivado de fuentes renovables.

La nueva técnica de perforado «supercrítico» es mucho más eficiente que los pozos geotermales convencionales. «Para proveer de electricidad y agua caliente a una ciudad como Reykjavik, de 212 mil habitantes, necesitaríamos de 30 a 35 pozos convencionales de alta temperatura, en comparación con solo 3 a 5 pozos supercríticos», detalla el ingeniero Albert Albertsson a Phys.

Aunque generalmente la energía geotérmica se considera una fuente sustentable, lo cierto es que no es completamente renovable. El proceso también emite ciertos niveles de dióxido de carbono y azufre, pero estos son insignificantes en comparación con las consecuencias generadas por la extracción y procesamiento de combustibles fósiles.

Islandia espera expandir su capacidad de extracción geotermal e instalar estaciones sustentadas en el fondo marino. Si este proyecto funciona como se espera, el país evaluará la posibilidad de vender energía al Reino Unido y a otros países de Europa, a través de un cable submarino.

El Ciudadano

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