Las abejas melíferas macho también tienen su «carrera armamentista sexual»

Las leyes de la naturaleza

Por Pedro Pérez

15/09/2019

Publicado en

Animales / Medio Ambiente

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En las abejas melíferas se presenta un conflicto sexual entre machos y reinas por el número de vuelos de apareamiento.

Una de las leyes de la naturaleza es que sobrevive el más apto, y esta premisa establece un orden en todo el universo animal y vegetal. En el caso de los insectos,  esto se repite constantemente creando ciertas condiciones necesarias para perpetuar la existencia, como lo hacen los machos de la especie de abeja con mayor distribución en el mundo, las abejas melíferas.

Según ha determinado un estudio científico, este himenóptero apócrito se distingue entre unas 153.000 especies descritas por secretar un veneno que hace que las reinas pierdan temporalmente la vista después del sexo.

Este comportamiento lo han descritos los investigadores como una «carrera armamentista sexual», de la cual toman ventaja los más aptos.

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En opinión de los expertos, este fenómeno es una mala noticia para los machos de las abejas melíferas que ya se han apareado con la reina.

Como se sabe, en el mundo de abejas y avispas las parejas de reina se ven por un día en su vida. Sin embargo, durante un período temprano de su vida, la reina vuela apareándose con machos para recolectar esperma para toda la vida.

Incluso, después de que varios machos la hayan inseminado, la reina podría volver a salir durante varios días, fomentando la competencia del más apto.

Según los científicos, con esto la reina corre el riesgo de encontrar más parejas debido a la ganancia a largo plazo de tener una fuerza laboral con descendencia genéticamente diversa, lo que puede ayudar a proteger contra la enfermedad.

Los machos, por su parte, buscan de aparearse y preservar sus genes, zumbando por compañeras, lo que reduce sus posibilidades de que su descendencia lleve sus genes a través de la reina.

«Esto resulta en un conflicto sexual entre machos y reinas por el número de vuelos de apareamiento«, explicaron los autores en un resumen que acompaña su trabajo en la revista eLife.

De forma concreta, los machos de la especie ciegan temporalmente a las reinas con su semen para que éstas no puedan aparearse de nuevo con otros machos.

Carrera sexual

De forma concreta, los machos de la especie ciegan temporalmente a las reinas con su semen para que éstas no puedan aparearse de nuevo con otros machos.

Los investigadores describieron este proceso como una «carrera armamentista sexual», mediante la cual las abejas usan su semen para debilitar su vista.

El líquido seminal contiene proteínas tóxicas que afectan la expresión de sus genes relacionados con la visión. Estos parecen causar que la vista de la reina sufra durante 24 a 48 horas después de la inseminación, explicaron los autores del estudio.

Para demostrar este comportamiento, los investigadores dieron a un grupo de reinas líquido seminal, mientras que a sus hermanas reinas se les dio una solución salina.

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Adjuntaron etiquetas en las reinas para documentar si volaban de regreso a sus colmenas. El equipo descubrió que las reinas a las que se les administró semen volaron dos días antes que sus contrapartes, y tenían más probabilidades de perderse y no regresar.

Para examinar su visión, los científicos mostraron a las reinas una luz parpadeante y midieron sus cerebros con electrodos. Las reinas que recibieron semen respondieron menos a la luz que las que recibieron solución salina.

Los autores también secuenciaron el ARN de las reinas, que lleva las instrucciones del ADN, para buscar cambios en la expresión génica.

Boris Baer, ​​profesor de entomología en la Universidad de California Riverside y autor principal del estudio, explicó en un comunicado: «Las abejas macho quieren asegurarse de que sus genes se encuentren entre los que se transmiten al desalentar a la reina de aparearse con machos adicionales«.

Así, el fluido seminal compromete la percepción visual en las reinas de las abejas melíferas reduciendo su supervivencia durante vuelos de apareamiento adicionales.

Sin embargo, las reinas intentan contrarrestar estos efectos partiendo antes de los vuelos de apareamiento, lo que aumenta la diversidad genética de las crías y el éxito de sus colonias.

El líquido seminal contiene proteínas tóxicas que afectan la expresión de sus genes relacionados con la visión. Estos parecen causar que la vista de la reina sufra durante 24 a 48 horas después de la inseminación, explicaron los autores del estudio.

Ellas eligen

Otra de las leyes de la naturaleza es que “ellas eligen”, y en este punto cabe recordar que la premisa aplica en todos las especies.

Científicamente, las reinas de los insectos sociales toman todas las decisiones de elección de pareja en un solo día, excepto en las abejas melíferas, cuyas reinas pueden realizar vuelos de apareamiento durante varios días, incluso cuando ya están inseminadas por varios machos.

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Pero las abejas melíferas parecen tener una forma única de conflicto sexual derivado evolutivamente: la decisión de una reina de buscar vuelos de apareamiento arriesgados adicionales está impulsada por las ganancias de aptitud física posteriores a la vida de los descendientes de trabajadores genéticamente más diversos, pero reduce las cuotas de paternidad de los machos con los que ya se apareó, detalla el estudio.

Como sea, para los insectos sociales como las abejas es beneficioso si sus reinas se aparean con muchos machos, porque la diversidad genética puede proteger la colmena contra los parásitos.

En muchos animales, los machos manipulan a las hembras usando moléculas en el líquido seminal para reducir las posibilidades de que las hembras se apareen nuevamente y los machos de abejas pueden usar una estrategia similar.

Estudios previos revelaron que la inseminación altera la actividad de los genes relacionados con la visión en el cerebro de una abeja reina. Esta podría ser una forma para que los machos eviten que las reinas se embarquen en vuelos de apareamiento adicionales.

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