Seminario de Agricultura: un encuentro tendencioso a la pro transgenia

“¿Necesitamos transgénicos en Chile?, ¿cuál sería la necesidad de ponerle transgenia a lo que está bien?”, preguntó y reflexionó ante la audiencia el Dr

Por Director

23/01/2014

Publicado en

Medio Ambiente / Política / Portada

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“¿Necesitamos transgénicos en Chile?, ¿cuál sería la necesidad de ponerle transgenia a lo que está bien?”, preguntó y reflexionó ante la audiencia el Dr. Carlos Klein, Director de AAOCH, en el marco del Seminario  internacional “Cultivos Transgénicos: Realidad y Controversia”, organizado por el ministerio de Agricultura. De la jornada ya se había anunciado su posible carácter pro transgenia, y al final de ésta se pudo decir que de controversia, poco y nada, y lo poco fue gracias a la invitación de Iván Santandreu, de la campaña Chile Sin Transgénicos, y el Doctor Carlos Klein, quienes pudieron entregar la postura de rechazo ante los Organismos Genéticamente Modificados (OGM). Quien no pudo hacerlo, y de seguro era el testimonio más controversial de la jornada,  es José Pizarro, el primer chileno en ganarle una demanda a Monsanto/ANASAC, el agricultor que acusa al SAG por irregularidades y el invitado invisible de la jornada.

Hace ya semanas que diversas organizaciones detractoras de los cultivos transgénicos en Chile, junto a escasos medios de comunicación, denunciaron que el ministerio de Agricultura se encontraba organizando un seminario en pro de la transgenia. Un ministerio, se ha de acotar, encabezado por Luis Mayol, un asumido político con conflicto de intereses en semillas patentadas. Al fin y al cabo, la actividad se tituló “Cultivos Transgénicos: Realidad y Controversia”, y se desarrolló en uno de los salones de Casa Piedra, durante todo el día de ayer. Algunos temas fueron: Cultivos Transgénicos: Ciencia no ideología; ¿Qué es una planta transgénica?; Transgénicos una industria basada en mitos (Iván Santandreu); y la particular exposición “Los cultivos transgénicos son verdes: Cómo un ambientalista cambió de opinión acerca de la biotecnología”, de Mark Lynas el periodista y ambientalista de Reinos Unidos.

Iván Santandreu, quien expuso su visión opositora en el segundo bloque, reafirmó el hecho de que habría una clara intencionalidad detrás del seminario, “soy consciente del papel que hago acá, es el intento del ministerio de que parezca de que aquí hay pluralidad. Frente a eso me costó tomar la decisión de venir, pero finalmente pensé que era peor que no hubiera representación”, indica Santandreu, quien insiste en la lógica tendenciosa, “O sea, abre un señor contratado por el ministerio para hablar a favor, y cierra un señor que traen de Inglaterra para hablar a favor”.

El vocero  y cofundador de la campaña Chile Sin Transgénicos también entregó su mirada crítica en  torno a los integrantes de los paneles, “me parece que todos estos seminarios están mal enfocados porque siempre se invitan a genetistas o biólogos moleculares, cuando siento que esto no es sólo un tema genético, sino algo mucho más amplio, es un tema que tiene enormes implicancias, medioambientales, sociales, económicas y ciertamente científicas. Entonces esto de invitar sólo gente de lo genético me choca un poco, me parece que está fuera del sentido global de lo que significan los transgénicos y por ende dan una visión muy reduccionista, muy como laboratorio.”

No hay que olvidar que el contexto que envuelve al Seminario, es la posible aprobación de la apodada Ley Monsanto, que ya lleva varias semanas en tabla en la Sala del Senado. Ante ese panorama, Iván expresa, “siento que por la evidencia técnica, la ciudadanía y el despertar de ciertos senadores, cada vez va a ser más difícil meterse en estos temas sin que nadie se oponga. La ciudadanía se ha ido empoderando, se ha ido manifestando y ha tomado el control de esto. Un senador que esté apoyando a la Ley Monsanto sabe que tendrá un costo político.”

El agricultor que le ganó a Monsanto

José Pizarro, sentado en primera fila del salón, fue uno de los que levantó su brazo en gesto de pedir la palabra, no una sino muchas veces, y nunca tuvo respuesta. Por un momento pensó que era invisible, pero en verdad sabía que se había filtrado la información de que quería dar su testimonio en advertencia de cómo Monsanto/ANASAC lo había llevado a la ruina y cómo, hace sólo días atrás,  había logrado ganarle una demanda a la multinacional. “Estoy  terriblemente enojado, se pasaron la información de que yo quería denunciar esto y no me dejaron decir nada”, sentenció José quien llevaba consigo una carpeta con la evidencia de sus acusaciones.

El agricultor de 38 años, acusa “Yo quería decir que le acabo de ganar una demanda a Monsanto, la multinacional, en la Cámara de Comercio de Santiago”, y agrega, “y también decir que existieron muchas irregularidades, especialmente en el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), y tengo cómo comprobarlo. Entre las más destacadas está que el SAG adulteró los documentos de certificación de maíz para enviar mis cultivos a Estados Unidos”.

Pizarro consiguió demostrar  que la multinacional incurrió en incumplimiento contractual negligente, y con ello se ha transformado en el primer chileno que gana una demanda en contra de Monsanto. Aún así, el triunfo poco le ha ayudado con el alto costo que le significó querellarse contra la empresa, el ex multiplicador de semillas transgénicas acabó perdiendo su casa, su máquina fumigadora, un tractor, su camioneta y su pareja. De la totalidad de gastos, 218 millones calcula el agricultor, la indemnización de Monsanto sólo cubrió 36 millones.

“Ni siquiera para los cultivos de agricultores de transgénicos resulta bien”, indica Iván Santandreu, “ahí tienes un pequeño agricultor que plantó transgénicos y salió para atrás. Ni siquiera funciona”.

Aquí la historia y testimonio de José Pizarro:

http://www.elciudadano.cl/2014/01/22/101948/agricultor-chileno-gano-demanda-contra-monsanto-y-denuncia-danos-provocados-por-transnacional/

“Nos vamos como llegamos”

 Rodrigo Lampasona, vocero de la campaña  Yo No Quiero Transgénicos en Chile, fue uno de los que intentó dar sentido a la palabra controversia e hizo uso del acotado espacio de preguntas para emplazar al periodista británico en torno a la responsabilidad de las posibles consecuencias que pueda tener la alteración de genes –-se sabe que las nuevas plantas transgénicas creadas en laboratorio incorporan al genoma partes de virus en forma de promotores virales lo que ha sido denunciado por diferentes especialistas en la materia como factor de riesgo y causa posible de nuevas enfermedades.–. La respuesta, para Lampasona, fue evadida por Lynas quien derivó la responsabilidad a los evaluadores, “Nosotros sabemos que la evaluación que se hace a los transgénicos no es suficiente y que hay muchos intereses políticos y económicos puestos en juego, entonces, cuando algo salga mal quién se va a responsabilizar”, insiste Rodrigo.

 Mark Lynas era quizás el panelista más polémico, dada su trayectoria de ambientalista convertido. De ferviente impulsador de campañas en contra de los alimentos transgénicos el británico pasó a defensor de los cultivos modificados genéticamente, cooptado por las empresas de transgénicos encabezadas por Monsanto. Ahora él viaja por el mundo difundiendo las bondades de las centrales termoeléctricas, la energía nuclear y los transgénicos.

Finalmente, saliendo del bloque de exposición, un apicultor de la VI Región no puede evitar concluir con la frase, “nos vamos como llegamos”. Quien se presenta como campesino de toda la vida, explica, “las dudas me siguen igual, la gente que plantea por el sí da sus argumentos y son válidos, y los que plantean por el no hacen lo mismo, entonces qué pensar”. El apicultor se va entre risas repitiendo “nos vamos como llegamos”.

 

Por María Jesús Ibáñez Canelo

El Ciudadano

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