Sindicato de la BUAP, aún sin una estrategia común

Discordia en SUNTUAP complica defensa de predio en Vaquerías

El conflicto creció cuando, el juez tercero de lo civil de Puebla, falló a favor de José Luis Espinoza Vega, a quien el gremio le adeuda 60 mil pesos, desde 1994

Por Alexia Stuebing

26/08/2021

Publicado en

México / Portada / Puebla

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El conflicto por la posesión de los terrenos ubicados en el exrancho Vaquerías, al sur de la ciudad de Puebla, se sigue complicando. Si bien miembros del Sindicato Unitario de Trabajadores de la Universidad Autónoma de Puebla (SUNTUAP), están de acuerdo en defender el predio ante la orden de un juez que pretende despojarlos de sus terrenos; la discordia permea dentro del sindicato, al no encontrar una estrategia común para esta defensa. 

El asunto se complicó hace poco más de un año, cuando el juez tercero de lo civil del Estado de Puebla, Hugo Isaac Arzola Muñoz, falló a favor del señor José Luis Espinoza Vega, a quien el SUNTUAP le adeuda 60 mil pesos desde 1994.  

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Al hacer el cálculo con los intereses correspondientes, la deuda se incrementó hasta cerca de dos millones. El problema principal radica en que dicho juez determinó que, a Espinoza Vega, se le pagara con la totalidad del previo; lo que equivale a un monto estimado en más de 160 millones de pesos, o hasta 400 mdp, según las estimaciones comerciales que denotan del incremento en la plusvalía en la zona (cerca de Angelópolis, Blvd. Carmelitas, Las Torres y Paseo Destino). 

Los afectados señalan que el monto de la deuda no corresponde al valor de los predios de los que pretenden despojarlos; además de que en la mayoría de los casos ya hay casas edificadas en dichos terrenos. 

¿Hasta dónde se remonta el conflicto de Vaquerías? 

Hay varias contiendas económicas, políticas y jurídicas que rodean el despojo que quiere efectuarse a miembros del SUNTUAP en el predio exrancho Vaquerías. Terrenos que han sido disputados desde principios de la década de los 80s, y que a la fecha siguen sin ser absueltos de dichas contiendas. 

La situación de este despojo implica, como ya mencionaba, una serie de intereses intrínsecamente atravesados, y un tanto engorrosos. 

El proceso inicia desde el aspecto económico, a través de la demanda emitida por un particular que busca que su deuda sea saldada; a esta demanda le suman la saña y avaricia de obtener un monto desproporcionalmente mayor a lo establecido por la misma deuda y por la ley. 

Aunado a ello, se le agrega un interés adicional y reciente, de enriquecerse aún más con el valor comercial; cuya venta a inmobiliarias y constructoras que buscan que esta zona siga ganando plusvalía, supondría una ganancia millonaria. 

En el aspecto jurídico se denotan grandes actos de corrupción:

  • Tanto en el proceso legal que rodea al juicio mercantil en el que se adjudicó un valor irreal a la deuda
  • Así como en el aspecto de legitimidad del sindicato, mismo que sigue buscando obtener la toma de nota que reconoce su constitución y que le ha sido negada sistemáticamente desde hace ya varias décadas. 

Es importante recalcar que el aspecto político se remonta desde los inicios mismos del SUNTUAP; y se trata de una lucha que se ha heredado a través de las rectorías de la BUAP y entre los miembros del sindicato; y en la cual se busca restar poder al sindicato y, eventualmente, liquidarlo. 

Colonos y mesa directiva SUNTUAP: mismo objetivo, estrategias fragmentadas 

Para miembros de la asociación de colonos de Vaquerías, el problema de la toma de nota ya no corresponde a la estrategia de recuperar el predio. Tienen la firmeza de que, aunque el SUNTUAP ya perdió en el aspecto legal; ellos aún están en la posibilidad de apelar por su patrimonio desde su estatuto como propietarios. 

Ahí radica la división del SUNTUAP. Si bien Vaquerías es propiedad conjunta del sindicato, no todos los sindicalizados tienen injerencia dentro del terreno o, dicho de otro modo, no poseen propiedades. A pesar de ello, todos opinan y participan por igual; cuestión que ha generado división dentro del propio sindicato, 

La realidad es que mientras las 200 familias que habitan en Vaquerías buscan defender sus casas y patrimonios; para muchos otros miembros, esta disputa es una oportunidad más para consolidar la toma de nota y evidenciar la lucha política que se ha suscitado entre la rectoría del BUAP y el sindicato. 

La situación es bastante enredada y compleja, en la cual están implicadas:

  • Autoridades legales (el juez que emite un valor erróneo al predio)
  • Estatales (como actores que han permitido que esta situación surja y en su nulo actuar por impedir que escale)
  • Universitarias (que buscan liquidar un sindicato al cual no pueden controlar)
  • Laborales (que niegan sistemáticamente dar toma de nota al sindicato)

Es un problema histórico que aún puede tener un final favorable para los colonos que defienden sus casas; aunque complejo para el SUNTUAP, que deberá seguir a pie de lucha por su reconocimiento y diversos intereses pendientes por resolver.

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