Este martes culminó el operativo

¿Cómo fue el rescate de los niños y el entrenador en la cueva de Tailandia?

Quedaron atrapados el 23 de junio, las lluvias complicaron las búsquedas y fue este martes cuando se completó con éxito el rescate

Por Marian Martinez

11/07/2018

Publicado en

Mundo

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Todo comenzó como una especie de aventura, cuando el pasado 23 de junio un grupo 12 niños de un equipo de fútbol y su entrenador ingresaron a la cueva Tham Luang, en una provincia al norte de Tailandia.

Se desconoce exactamente qué los motivó a entrar a la gruta, aunque en el país asiático es común escribir nombres en sus paredes. Algunos medios reportaron que la fecha de cumpleaños de uno de los menores estaba cerca y esa era una manera para celebrarlo. Los planes cambiaron por una tormenta que incrementó los niveles de agua en el interior .

Un equipo de especialistas nacionales e internacionales lideró el rescate. Foto: Web.

La alarma se suscitó cuando las autoridades encontraron las bicicletas del grupo dentro de la cueva. La noticia empezó a circular y desde entonces el mundo siguió en vilo cada acontecimiento. Muchos recordaron la historia de los 33 mineros atrapados en Chile.

La búsqueda comenzó al día siguiente. La marina tailandesa duplicó los esfuerzos con el uso de bombas para extraer el agua de la cueva y un contingente del Ejército se sumó al operativo. La solidaridad internacional logró construir un grupo de buceadores y expertos de distintos países para lograr el objetivo.

Después de nueve días de exploraciones, complicadas por las intensas lluvias, encontraron al grupo con vida a más de cuatro kilómetros de profundidad. Todos esos días estuvieron sin comida. Previendo la tarea ardua que se venía encima, un equipo de asistencia ingresó para atenderlos y suministrarles medicinas, alimentos y ayuda psicológica.

El escenario era complicado. Los especialistas empezaron a darles un curso intensivo de buceo, pues esa era una de las formas más fáciles de salir de la cueva y varios de los niños no sabían nadar. La mayoría del trayecto debían estar bajo el agua y solo en algunos tramos podrían caminar. Los riesgos del operativo golpearon al mundo en la cara cuando, antes de comenzar la extracción, murió uno de los buceadores del cuerpo élite al quedarse sin oxígeno.

La ayuda psicológica fue fundamental. Foto: Web.

El ocho de julio empezó la gran misión: sacarlos de la cueva con vida. El buzo y rescatista retirado Geoff Crossley manifestó que fue «una tarea extremadamente difícil». Ese domingo lograron sacar a los primeros cuatro niños y este martes a los últimos junto al entrenador. Cada viaje le tomó a los rescatistas 11 horas: seis de ida y cinco de regreso.

La primera fase fue la más rápida. El primer día hubo menos rescatistas, por eso el lunes, cuando participaron 18 buzos extranjeros, se demoraron dos horas menos que el domingo, reseñó la BBC Mundo.

La extracción fue escalonada, uno por uno. A cada menor lo acompañaron dos buzos, portaron tanques de oxígeno y máscaras completas. Con una cuerda, los rescastistas mantuvieron el control en las áreas más estrechas. La presión psicológica era una de las aristas que preocupaba al equipo de rescate, porque los menores debían mantener el control mental en unas condiciones adversas con un agua fría que aumentaba las amenazas de hipotermia y después de dos semanas atrapados.

Gracias a todo el despliegue, el rescate se completó este martes con un final feliz. Los niños recibieron atención médica y pasarán unos días en el hospital para evaluar sus condiciones. Están sanos y junto a sus familias.

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