La empresa colabora con el Pentágono en un proyecto bélico

Empleados de Google en EEUU piden no participar en «el negocio de la guerra»

En una carta rubricada por más de tres mil firmas, los empleados solicitan a la directiva de la compañía que se retire del proyecto Maven que es un programa de desarrollo de inteligencia artificial que se centra en el reconocimiento de imágenes de manera que, tras un período de aprendizaje, puede reconocer por sí mismo elementos que podrían ser considerados una amenaza

Cerca de 3.100 empleados de Google han firmado una carta en la que piden al consejero delegado de la firma, Sundar Pichai, que esta no participe «en el negocio de la guerra», así como poner fin a la colaboración con el Pentágono en el proyecto Maven de inteligencia artificial, informan hoy medios locales.

«Creemos que Google no debería tomar parte en el negocio de la guerra. Por ello, pedimos la cancelación del proyecto Maven y que Google diseñe, publique y aplique una política estableciendo que ni Google ni sus proveedores desarrollarán jamás tecnología bélica», comienza la carta, divulgada por el diario Washington Post.

La misiva, que por el momento sólo ha sido compartida de manera interna por los empleados y que ya cuenta con más de 3.000 firmas, según el diario, sostiene que ayudar al Ejército en labores de vigilancia militar «no es aceptable» y que «dañará la marca Google de manera irreparable».

El proyecto Maven es un programa de desarrollo de inteligencia artificial que se centra en el reconocimiento de imágenes de manera que, tras un período de aprendizaje, puede reconocer por sí mismo elementos que podrían ser considerados una amenaza.

Este algoritmo, que comenzó a ser empleado por drones de las Fuerzas Armadas estadounidenses a finales del año pasado, ayuda a un personal «cada vez más abrumado por el volumen de información, incluidas millones de horas de grabaciones en vídeo», indicó el Pentágono al presentar el proyecto.

«Este contrato pone la reputación de Google en peligro y nos coloca en dirección contraria a nuestros valores intrínsecos», lamenta la carta.

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