Israel aprueba un plan para expulsar a más de 30.000 refugiados africanos

El gobierno de Netanyahu ofrece 3.500 dólares a cada inmigrante por marcharse de manera "voluntaria". En caso contrario, amenaza con encarcelarlos a partir de abril

Por CVN

04/01/2018

Publicado en

Mundo / Portada

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En una difícil encrucijada ha situado el gobierno de Netanyahu a más de 38.000 inmigrantes africanos que se encuentran en Israel en situación irregular y a los que se ha propuesto echar del país.

O se marchan de manera «voluntaria», caso en el que recibirían 3.500 dólares (unos dos millones de pesos chilenos aproximadamente) y el pasaje de avión gratuito hacia otro continente, o se arriesgan a ser detenidos a partir del próximo mes de abril de manera indefinida y pasando a ser considerados «infiltrados» ilegales.

Además, el gobierno ya ha afirmado que pagará 5.000 dólares por cada inmigrante al que den acogida al país receptor, que se espera sean mayoritariamente Ruanda y Uganda.

Con esta medida el gobierno busca poner fin a lo que considera una amenaza que puede «desvirtuar el carácter judío de Israel», según sostuvo la coalición de derechas del Ejecutivo.

«Expulsamos a unos 20.000 (inmigrantes) y ahora la misión es sacar al resto», aseguró el mandatario en declaraciones durante la reunión del gabinete sobre el sistema de pagos, donde acusó que la presencia de los africanos en los barrios más humildes de Tel Aviv había provocado inseguridad entre los vecinos isralíes.

Netanyahu se vanaglorió además de haber logrado frenar la llegada de «indocumentados» desde el continente africano gracias al muro a lo largo de la frontera con Egipto cuya construcción finalizó en 2013.

«Después de finales de marzo, los que decidan irse voluntariamente recibirán un pago significativamente menor que se irá reduciendo con el tiempo, y se pondrán en marcha las medidas de aplicación», dijo un funcionario de inmigración, según consigna la agencia de noticias Reuters.

El mismo administrativo, que habló en condición de anonimato, sostuvo que actualmente viven en el país alrededor de 38.000 inmigrantes en situación irregular, de los cuales 1.420 se encuentran en centros de detención, lo que les impide acceder a Tel Aviv, donde mayoritariamente se ganan la vida en trabajos precarios como mano de obra barata.

Migrantes económicos

Para el gobierno israelí estos extranjeros están considerados migrantes económicos en lugar de refugiados, lo que contradice las leyes internacionales de acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), ya que la mayoría de ellos provienen de los países de Eritrea y Sudán, países de donde huyeron de la guerra, la persecución, y la dificultades económicas.

De hecho, solo un porcentaje ridículo –menos del 1%– de los inmigrantes que llegaron al país antes de la construcción de la valla fronteriza con Egipto en 2013, han logrado obtener el estatuto de refugiados.

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