Jubilados y ferroviarios, la cara de la nueva resistencia francesa

Miles de jubilados franceses salieron a las calles de París para denunciar la pérdida de poder adquisitivo tras la suba de impuestos dispuesta por el presidente Emmanuel Macron, y que afecta al 60% de los 16 millones de jubilados franceses.

La jornada de protesta de este jueves estuvo convocada por nueve sindicatos, como la Confederación General de Trabajadores (CGT) y Fuerza Obrera (FO), y reunió a miles de jubilados que reclamaron a Macron un aumento de las pensiones.

La prensa se hizo eco de algunas pancartas que mostraron al presidente francés disfrazado de Robin Hood junto a la frase “Macron roba a los jubilados para dárselo a los ricos”. Esto, porque el mandatario justificó el aumento de impuestos en nombre de la “solidaridad intergeneracional”, por lo que pidió “un pequeño esfuerzo para ayudarme a relanzar la economía”.

El plan de ajuste que Macron viene aplicando desde que asumió el año pasado incluye una reforma de las pensiones para 2019 que unificará el sistema de pensiones de los 37 regímenes actuales a uno solo. Además, las organizaciones sindicales convocaron para la semana que viene a una huelga de empleados públicos por la supresión de 120.000 puestos de trabajo.

Esta movilización será el 22 de marzo, en coincidencia con una manifestación de sindicatos y trabajadores ferroviarios que anunciaron además una serie de protestas de largo plazo.

Entre abril y junio próximos los principales sindicatos de la compañía estatal de ferrocarriles de Francia esperan convocar a una serie de 36 días de huelga contra las reformas de Macron, que incluyen ajustes en el sector ferroviario y la pérdida de derechos laborales.

La modalidad es dos días de huelga de cada cinco trabajados, entre el próximo 3 de abril y el 28 de junio, después de que el Consejo de Ministros avanzara en normas para poder legislar por decreto.

En ese sentido, el punto que más indignó a los representantes de los 150.000 empleados de la Sociedad Nacional de Ferrocarriles (SNCF) es el fin del estatuto laboral del que gozan.

Los ferroviarios también se oponen frontalmente a los planes de apertura a la competencia de las líneas regionales y de larga distancia, que el Ejecutivo ha programado de acuerdo con los compromisos que impone la Unión Europea.

Agencias