¿Coincidencia?

Por «error» desaparece informe que desnudó las torturas de la CIA

Según la versión oficial, funcionarios del Departamento de Justicia habrían entendido instrucciones de no abrir el archivo como órdenes para borrarlo del servidor.

Por Matías Rojas

20/05/2016

Publicado en

Mundo

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CIA

La Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos eliminó “por error” la única copia de un reporte investigativo elaborado por el Senado del país del norte sobre las brutales técnicas de interrogación utilizadas por el organismo.

La Oficina de Inspectoría General de la CIA (OIG), encargada de supervisar el funcionamiento interno del ente de espionaje, dijo al Congreso que un registro electrónico del informe del Comité de Inteligencia del Senado contenido en 6.700 páginas, así como el disco duro que lo almacenaba, fueron destruido hace algunos meses, informa Press TV.

Un resumen de 500 páginas del informe vio la luz en 2014 gracias a las gestiones de la entonces presidenta de la comisión parlamentaria, Diane Feinstein.

En agosto del año pasado, el inspector general de la CIA Christopher Sharlpey subió el archivo completo al sistema computacional interno y clasificado de la agencia, y luego destruyó el hardware que lo contenía basado en un “protocolo estándar”.

Según la versión oficial, funcionarios del Departamento de Justicia habrían entendido instrucciones de no abrir el archivo como órdenes para borrarlo del servidor, motivo por el cual no quedó rastro del mismo.

El director del grupo internacional de derechos humanos Reprieve, Cori Crider, describió la desaparición del informe como “sorprendente”. Sus sospechas apuntan a que el hecho fue intencional y pretendía borrar pistas de las torturas realizadas por la CIA.

El informe reveló métodos como waterboarding, violencia física, privación del sueño, ejecuciones simuladas y penetración rectal para interrogar a sospechosos de terrorismo detenidos luego de los ataques del 11 de septiembre de 2001 en prisiones como la Bahía de Guantánamo, el campo aéreo de Bagram en Afganistán y Abu Ghraib en Irak.

Otro punto señalado en el documento fue la contratación de psicólogos por un total de $81 millones de dólares para desarrollar el programa de torturas.

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