Frente de Trabajadores Ernesto Miranda:

7 puntos para la acción sindical

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Por Director

01/05/2014

Publicado en

Política / Trabajo

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frente

1. El movimiento obrero chileno se ha visto largamente debilitado desde la profunda derrota vivida en los 70s por el golpe militar y la imposición de la dictadura, rematada luego a fines de los 80s con una transición pactada que ha mantenido hasta hoy altos niveles de desorganización y fragmentación. Las trabas legales e institucionales vigentes (código del trabajo, jurisprudencia administrativa, constitución), además de una escasa y débil capacidad de elaborar un proyecto político propio y la ausencia de una identidad de clase común, son todos factores de peso a la hora de que los trabajadores se enfrenten a la patronal de forma aislada para negociar sus condiciones de trabajo y salariales

2. Dentro de los sectores sindicalizados, existe también una fragmentación evidente. Ninguna de las tres centrales sindicales (CUT, CAT, UNT), logra agrupar y cohesionar a los trabajadores chilenos. Aun cuando en numerosos sindicatos se pueden encontrar compañeros honestos y luchadores, como conjunto, los planteamientos que ha posicionado el movimiento sindical distan de ser programas con verdaderas y realistas perspectivas anticapitalistas considerando la realidad del Chile actual. Por el contrario, en muchos casos se pueden observar verdaderas mafias al interior de gremios que solo velan por sus intereses particulares o, en el peor de los casos, por los intereses del empresariado.

3. No es de extrañar entonces que por fuera de estas agrupaciones se articulen otros sectores, a menudo críticos al quehacer del sindicalismo tradicional, agrupando tras de sí a una porción considerable de organizaciones sindicales activas. Sin embargo al interior de este movimiento independiente y todavía inorgánico, no han logrado cohesionarse posiciones estratégicas y programáticas comunes, a excepción de espacios acotados de articulación, lo que ha impedido avanzar lo suficiente en torno a un agrupamiento nacional de los trabajadores. Tenemos la convicción de que actualmente ningún sector sindical independiente podría poner en cuestión la necesidad de una articulación de trabajadores a nivel nacional; el problema es el cómo concretar este objetivo, en función de un programa de lucha y un piso orgánico mínimo que supere el actual estado del movimiento y posicione a los trabajadores como el sujeto fundamental del cambio.

4. Las corrientes sindicales, los partidos de izquierda y los activistas del sindicalismo, en las últimas décadas han ocupado un rol importante al interior del movimiento sindical. Si bien los sectores revolucionarios ha aportado importantes elementos de diagnóstico e interpretación útiles para el desarrollo y consolidación de organizaciones de trabajadores, no deja de ser preocupante que comúnmente están ligados solo a las capacidades o destrezas individuales y no a una línea de trabajo orgánica que aporte realmente al fortalecimiento de las organizaciones obreras. En efecto, también existen responsabilidades de este sector en torno al fracaso de las más básicas iniciativas de articulación de las organizaciones sindicales, donde suelen predominar los egos y caudillismos de todo tipo, y donde está ausente la autocrítica, la disposición al debate y la colaboración desinteresada. En este contexto, creemos que es fundamental que el movimiento sindical de base retome el protagonismo que le corresponde, donde las organizaciones de izquierda contribuyan y no obstaculicen los procesos de unidad sindical.

5. Concretamente, consideramos que para salir de este estado es urgente que las organizaciones del sindicalismo independiente acerquen sus posiciones  de manera transparente, con voluntad y disposición para promover una fuerza sindical que gravite en el escenario político, que enfrente la actual etapa de la lucha de clases con protagonismo de las bases sindicales y con una clara orientación anticapitalista. Un nivel mínimo de unidad sindical, que deje fuera las prácticas mañosas y las calculadoras políticas, es la base para que el proletariado chileno se sobreponga de la larga noche que aun atraviesa. Al respecto, es importante recoger las experiencias recientes que han pretendido avanzar en esta dirección, siendo para nosotros fundamental lo realizado en el denominado “Congreso por un Nuevo Sindicalismo” (noviembre 2012), espacio en el cual se logró -a pesar de haber perdido su fuerza inicial- sintetizar un programa y un estilo de trabajo que no puede ni debe ser arrojado a la basura.

6. Creemos que no es posible definir a priori ni descartar de plano la vinculación con la actual CUT, toda vez que existan sectores en su interior que rompan con la política entreguista y pretendan algún cambio de envergadura en su conducción. Sin embargo, tenemos la certeza que tal y como están las cosas actualmente en dicha central, es muy difícil que ese sea nuestro instrumento de combate. Mientras tanto, los trabajadores tenemos el legítimo derecho de desconfiar de esta CUT, y de construir, fortalecer y consolidar una fuerza sindical independiente, que tenga por horizonte la emancipación de la clase trabajadora.

7. La tarea de los militantes revolucionarios en el medio sindical –además del fortalecimiento y construcciones propias a nivel gremial- es la de definir objetivos políticos que logren articular de manera coherente los desafíos inmediatos que plantea el ciclo político (reformas democráticas), con una perspectiva socialista de largo plazo que nos sirva como hoja de ruta para un proyecto revolucionario. Para lograrlo, deberemos contar con la disposición a un debate fraterno, democrático y con altura de miras para elaborar diseños conjuntos entre diversas fuerzas políticas, siempre resguardando que dichos planteamientos tengan legitimidad de origen en las bases sindicales y que constituyan un aporte en la lucha de los trabajadores por el socialismo.

¡Arriba los que Luchan!

¡Venceremos!

* Frente de Trabajadores Ernesto Miranda (FTEM)

El Frente de Trabajadores Ernesto Miranda (FTEM) es una organización de carácter político social, en la cual convergemos militantes vinculados al ámbito sindical: trabajadores de base, dirigentes, delegados y compañeros relacionados con áreas técnicas o profesionales de apoyatura.

Nuestra matriz política e ideológica nace y se alimenta de las corrientes  revolucionarias de nuestro continente  y de nuestro país, como un lugar común desde donde interpretamos y leemos la realidad concreta. En este sentido, encaramos la militancia desde nuestra condición de trabajadores, sin anteojeras que nos impidan desenvolvernos en nuestro medio.

Mantenemos en alto y rescatamos la tradición organizativa y de lucha de la clase obrera chilena encarnada en figuras como Clotario Blest, y en particular la labor realizada por el dirigente anarquista Ernesto Miranda Rivas en la década del ´50 como promotor de la unidad de los trabajadores en torno a principios como la independencia política, la democracia directa, la solidaridad, el internacionalismo y el anticapitalismo.

“La emancipación de los trabajadores será obra de los trabajadores mismos”

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