Porque una comisión para ayudar a las víctimas de curas pedófilos no es suficiente

Francisco no encara el problema desde hace 27 meses. Apesar que tiene el poder para hacerlo. Hasta ahora no se sabe sí pedófilos fueron denunciados a la autoridad judicial o si han sido encubiertos por la jerarquía de la Iglesia

Por Arturo Ledezma

11/06/2015

Publicado en

Mundo / Política

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El Papa Francisco creó ayer una comisión para ayudar a las víctimas de curas pedófilos y evitar nuevos casos, tras los escándalos que sacudieron a la Iglesia Católica, un paso que la asociación estadounidense de víctimas considera insuficiente. Sin embargo la actitud oficial del Vaticano no convence a la más influyente asociación de víctimas de abusos, la estadounidense Survivors Network of those Abused by Priests (Snap), que considera insuficiente la creación de la comisión papal.

“Es como ofrecer una curita a un enfermo de cáncer terminal”, escribió en un comunicado.

Los casos de abuso sexual cometidos por miembros del clero de la Iglesia católica hacen referencia a una serie de condenas, juicios e investigaciones sobre casos y crímenes de abuso sexual infantil cometidos por sacerdotes y miembros del clero católico en contra de menores de edad, que van desde los 3 años, e involucran, en la mayoría de los casos, a niños de entre 11 y 14 años de edad.1 Estos crímenes pueden incluir sexo anal y/o penetración oral.

Los casos han sido documentados y denunciados ante las autoridades civiles de varios países, resultando en la persecución de los pederastas y demandas civiles contra las diócesis de la Iglesia Católica. Muchos de los casos salen a la luz pública varias décadas después de los hechos. Las demandas ante las autoridades han sido hechas también contra la jerarquía católica, quien en muchas ocasiones obstaculiza las investigaciones, además de no reportar y de hecho encubrir a los sacerdotes pederastas, moviéndolos de parroquias para evitar su detención y juicio.

A partir de la segunda mitad del siglo XX se ha incrementado el número de denuncias por abuso sexual infantil en todas sus variedades por parte de religiosos católicos romanos. En los últimos años, han cobrado relevancia los casos de Irlanda, Estados Unidos y Alemania, donde las autoridades locales han encontrado culpables a sacerdotes católicos de cientos de acusaciones de pedofilia.

El escándalo ha alcanzado a congregaciones como la Legión de Cristo; ocasionó la renuncia de los obispos irlandeses de Cloyne, John Magee, y de la diócesis de Kildare y Leighlin, James Moriarty, quienes reconocieron haber sido negligentes ante las denuncias de pedofilia por sacerdotes en sus diócesis; y ha llevado a la cárcel a varios sacerdotes católicos romanos.

En abril de 2010, Roger Joseph Vangheluwe dimitió como obispo de Brujas por haber abusado sexualmente de un joven cuando era sacerdote y al comienzo de su episcopado. Organizaciones de víctimas de pedofilia han señalado que los papas Juan Pablo II y Benedicto XVI tienen algún grado de responsabilidad al haber encubierto abusos, o bien omitido las denuncias

La comisión, creada por consejo de los ocho cardenales que lo asesoran para la reforma la Curia Romana, deberá trabajar con los obispos y las conferencias episcopales, precisó el cardenal estadounidense Sean O’Malley, miembro del llamado “G8 vaticano” y arzobispo de Boston, epicentro de un escándalo de abusos sexuales por parte de prelados que estalló en 2002 en Estados Unidos.

Desde 1995 las denuncias de abusos a menores por parte de curas deben ser notificadas a la Congregación para la Doctrina de la Fe.

Para el Vaticano la amplia investigación eclesiástica interna debe ser mantenida en secreto para proteger tanto a las víctimas como a los testigos, aunque invita a las iglesias locales a colaborar con la justicia ordinaria de cada país.

Asociaciones de víctimas de sacerdotes pedófilos, sobre todo de Estados Unidos, han criticado a la Santa Sede por evitar dar informaciones sobre los casos, quieren saber si fueron denunciados a la autoridad judicial o si han sido encubiertos por la jerarquía de la Iglesia.

El Vaticano se negó a responder al cuestionario enviado en julio por el Comité sobre los Derechos del Niño de la Organización de Naciones Unidas a propósito de los abusos cometidos contra niños por parte de sacerdotes católicos, un tema delicado que sacudió el pontificado de Benedicto XVI y que podría afectar al del argentino Francisco.

La lista de los miembros de la comisión se anunciará “en un documento apropiado”, explicó el purpurado estadounidense.

La comisión tendrá la tarea de informar al Papa sobre la situación actual de las víctimas de abuso sexuales, se indicó. Además debe sugerir las medidas a adoptar y proponer candidatos apropiados, tanto laicos como religiosos, especializados en la protección de niños, en problemas mentales y legales, para la sistemática aplicación de las nuevas normas, explicó el religioso.

El nuevo organismo deberá fijar programas específicos para la protección de los niños y elaborar directivas para la formación del personal que trabaja y mantiene contacto permanente con menores, niños y adolescentes.

Igualmente deberá ayudar a las víctimas de abusos y a sus familiares y colaborar con las autoridades civiles que investigan los casos.

El Vaticano, a pedido del entonces Papa Benedicto XVI, ordenó en 2011 a todos los obispos del mundo que denuncien a la justicia ordinaria a los miembros del clero acusados de pedofilia, tras una serie de escándalos en Irlanda, Estados Unidos, México, Chile, Argentina y otros países.

“Hasta ahora nos hemos preocupado del aspecto jurídico y menos de la respuesta pastoral”, explicó el purpurado estadounidense.

La jerarquía de la Iglesia católica se limitó a recordar al organismo de la ONU que la Santa Sede, como Estado, no tiene jurisdicción legal por los abusos cometidos por curas en otros países.

“No hay dudas de que la competencia legal es de los obispos y de las conferencias episcopales”, reiteró O’Malley.

Un representante del Vaticano se reunirá el 16 de enero venidero en Ginebra con el Comité de la ONU.

Se trata de la primera vez que la Santa Sede es cuestionada por una entidad internacional por el escándalo de décadas de abusos sexuales de menores encubiertos.

Al contrario de Snap, las reacciones en las redes sociales y de algunos medios católicos, como la revista italiana Famiglia Cristiana, consideran que Francisco está por “dar un vuelco” al grave fenómeno.

vía SolucionesMagazine

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