Matrimonio infantil y esclavitud sexual: Así es el tráfico de niñas en India

Se trata de supuestos matrimonios que en realidad constituyen esclavitud sexual. La investigación de CNN consistió en visitar una serie de albergues y conocer muchas víctimas de esta práctica, todas con horribles historias de abuso físico y sexual; crímenes que involucran redes organizadas de traficantes de personas, con agentes, negociantes y clérigos trabajando por hacer dinero de la venta de las niñas.

Por Sofia Olea

03/02/2017

Publicado en

Derechos Humanos / Género / Mundo / Portada

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niñas indias

Otra historia de de mujeres esclavas fue publicada en CNN, como parte del Proyecto Libertad, que busca denunciar y hacer visibles los casos de trata de personas y esclavitud en el mundo.

Se trata de la venta de niñas en India para supuestos matrimonios que en realidad constituyen esclavitud sexual. La investigación consistió en visitar una serie de albergues y conocer muchas víctimas de esta práctica, todas con horribles historias de abuso físico y sexual; crímenes que involucran redes organizadas de traficantes de personas, con agentes, negociantes y clérigos trabajando por hacer dinero de la venta de niñas.

Muneera Begum, que ahora tiene 19 años, vive en Hyderabad, India. Dice que tenía solo 12 cuando sus padres la vendieron para un matrimonio forzado con un hombre de 70 años proveniente de Omán. Muneera cuenta que su «noche de bodas» fue una tortura. «No fui educada, por lo que no podía entender nada de lo que estaba pasando. Yo era una niña», dice en una entrevista con Muhammad Lila y Sugam Pokharel, periodistas de CNN.
niña india entrevistada
Durante dos meses, el hombre la mantuvo encerrada en una habitación donde la usaba para tener sexo forzado. Cuando salía, la dejaba bajo llave y cuando volvía, la volvía a violar.
Las niñas llegan a esta situación luego de que toda una red criminal actúa en favor de los clientes y de obtener dinero. Los agentes están trabajando en varios países del Medio Oriente y África; conocen a los dealers en Hyderabad, la ciudad con más musulmanes en India, quienes se acercan a las familias pobres y las convencen de que vendan a sus hijas menores. Para los padres, que se convencen de que las niñas tendrán una mejor vida en esos matrimonios, el negocio les permite mejorar en algún nivel su calidad de vida.
Los agentes tienen clientes que normalmente son hombres mayores que han viajado a Hyderabad para adquirir una esclava sexual, tras la pantalla de un matrimonio arreglado. A ellos, los traficantes les muestran a las niñas para que elijan a cuál quieren.
No es que en este caso tenga mucha relevancia si las niñas están casadas con su agresor o no, porque con o sin el sacramento, se trata de esclavitud sexual de menores. Pero el hecho es que el vínculo no tiene validez en este contexto, porque un clérigo, quien también forma parte de la red ilegal, firma un certificado de matrimonio y además uno de divorcio.
Según una autoridad religiosa de Hyderabad , la ley del Islam requiere que el matrimonio tenga el consentimiento de la mujer para tener validez. Independiente de que en la realidad de estos matrimonios arreglados, esto sea efectivo, en este caso en particular, ciertamente las niñas menores de edad –y vendidas por sus familias–, no han dado su consentimiento.
Para cerrar el cuadro, después de unas semanas o meses de usar a las niñas por sexo, los clientes las abandonan a su suerte, relata CNN. Algunas terminan siendo violadas por pandillas, drogadas, indefensas e incapaces de salir de esa situación, o siquiera de entender qué es lo que está pasando.

«No quiero que otra niña tenga que enfrentar lo mismo»

La pobreza en India es el contexto ideal para las redes de traficantes de niñas. Las familias viven en habitaciones donde duermen, comen y conviven muchas personas hacinadas. No hay políticas públicas eficientes en control de natalidad, las mujeres tienen poco acceso a la educación y, como en Chile, el aborto es un delito. Los padres que venden a sus hijas creen que están tomando una decisión que favorecerá a todos y probablemente se niegan a creer que están pavimentando un futuro de mayor sufrimiento para sus hijas.
muneera CNN

Muneera Begum (izquierda), quien fue vendida por su madre para un pseudo matrimonio. Foto: CNN


El padre de Muneera es alcohólico. La madre dice que vendió a su hija pensando en que ella tendría una mejor vida y que, con el dinero, la familia podría adquirir una pequeña casa.
Muneera, la joven del testimonio, ahora tiene una hija, cuyo padre es el mismo hombre que la compró y abandonó. Cuando ella quedó embarazada, luego de dos meses de «matrimonio», el hombre se divorció de ella por teléfono. Muneera intentó suicidarse y finalmente terminó en un albergue de Shaheen, una ONG que se dedica a rescatar a niñas víctimas de este tipo de comercio sexual.
La organización las rescata y les ayuda a rehabilitarse; ellas aprenden habilidades prácticas, como computación, costura o tintura con henna, de manera que finalmente puedan sostenerse solas.
Shaheen fue fundada por Jameela Nishat hace más de 20 años. Ella cuenta que ha ayudado directamente a más de 100 niñas, e indirectamente, a casi mil. «Mi sueño es que cada niña debería ser feliz y disfrutar su vida al máximo, y sentirse libre», dice Jameela.
Luego de su rehabilitación, Muneera denunció su caso a la policía y las autoridades arrestaron al intermediario de la venta. Le ha tomado años recuperarse, cuenta CNN, pero está resuelta a no dejar que algo así le pase a otra. «La forma en que fui capturada, no quiero que otra niña tenga que enfrentar lo mismo. En mi corazón, siento el dolor que viví», dice Muneera.
(Imagen portada: Youth Ki Awaaz)
El Ciudadano

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