Sin ayuda de autoridades, madre sigue buscando a Rafael a dos años de desaparecido

Teresa, la madre de Rafael, declaró que uno de los sospechosos es su expareja y padre del menor, ya que su declaración es contradictoria y además huyó

Sin contar con un avance real en las investigaciones por la desaparición de su hijo mayor, Teresa Vega Salazar no pierde la esperanza de reencontrarse con él y volverlo a abrazar, a pesar de la angustia y tristeza que le han embargado en los más de dos años que lleva sin saber de él.

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Rafael Huerta Vega, hijo de Teresa, tenía 12 años cuando fue visto por última vez en la colonia Playas del Sur, de la ciudad de Puebla, el 6 de octubre del 2020, tras salir de casa de su padre para ir a la tienda a comprar una lata de frijoles. Nadie sabe nada de su paradero desde ese día y hasta la fecha no existen pistas que puedan llevar a su localización.

Los días que Teresa ha pasado desde aquella fecha de octubre han estado llenos de angustia e inquietud por no saber en dónde y con quién se encuentra Rafael, pues ni ella ni las autoridades cuentan con indicios en los cuales basar su búsqueda. Lo único que tienen es el testimonio de un padre que huyó al poco tiempo de la desaparición y de vecinos que contradicen su versión de los hechos.

«Ha sido muy duro, porque no logramos encontrarlo. Las esperanzas no las perdemos. Él tiene que regresar a casa, con su familia, para que estemos bien, para que él esté bien, porque ahorita no sabemos dónde está, con quién está y ha sido muy fuerte el no poder verlo, escucharlo, abrazarlo. Otro día pasa, otro día en el que no sabemos dónde está, pero no perdemos las esperanzas de volverlo a encontrar»

La madre, de 30 años de edad, relató a El Ciudadano México que Rafael se encontraba viviendo con su padre al momento de su desaparición porque desde hace seis años tienen la guardia custodia compartida del menor, pero en esa ocasión su estadía e prolongó porque el padre dijo que se llevaría de vacaciones al menor.

Temen por la integridad del menor

Según el testimonio de su padre, Rafael fue enviado a la tienda a comprar una lata de frijoles y presuntamente, tras haber demorado más de 20 minutos, su papá salió a buscarlo pero no lo encontró.

«Él me comenta que lo mandó a la tienda, y dice que después no llega; él sale a buscarlo, posteriormente no lo encuentra y se dirige a Fiscalía en el transcurso de la tarde, pero no le aceptan la denuncia porque eran pocas horas (desde su desaparición). Lo regresaron porque tenía que buscar en alrededores o con familiares» 

Hasta ese momento Teresa no estaba enterada de nada. Los únicos que sabían que algo ocurría eran los vecinos de Playas del Sur, a quienes el padre de Rafael se había acercado para preguntar si lo habían visto.

Teresa detalla que su ex pareja «regresó a la Fiscalía hasta las 10 de la noche, que fue cuando ya le aceptaron la denuncia, hasta esa hora, pero nosotros no nos enteramos de nada hasta el siguiente día, el 7 de octubre».

Fue a través de una publicación en Facebook, hecha al día siguiente de su desaparición, que uno de los cuñados de Teresa se entera y le avisa sobre lo que pasó y se traslada a la casa de Teresa y Rafael a donde más tarde llegó el padre quien le informó de la desaparición pero sin entrar en detalles.

Ese mismo día, Teresa se encontró con agentes de la Fiscalía de Puebla, quienes llegaron al lugar donde su hijo fue visto por última vez, para iniciar con las investigaciones, pero fue ahí cuando se dio cuenta de que lo contado por el padre de Rafael no coincidía con lo dicho por vecinos de esa zona.

«Nos dicen que al niño no lo vieron en todo el día. Fuimos a otra tienda y ahí nos dicen que lo vieron alrededor de las 10 u 11 de la mañana, pero no fue a comprar la lata de frijoles. Lo vieron a esa hora normal y dice que ya regresaron a preguntar por él, pero hasta la 1 o 1:20 de la tarde. No coinciden las horas que él (padre) dice con las del tendero.»

Teresa es la primera en reconocer que el padre es sospechoso en la desaparición de su hijo, pues después de indagar, uno de los vecinos le contó que el papá de Rafael y su pareja actual agredían al menor, lo cual la ha llevado a pensar que le pegaron y «se les pasó la mano» o que simplemente decidieron ocultar de ella al menor. Esta idea tomó mayor fuerza luego de que el padre desapareciera al poco tiempo que se emitió la Alerta Amber.

«Nos dicen que sí le pegaba. Yo digo que lo esconde, o se le pasó la mano y quiso taparlo con una denuncia, porque al tercer día que levantan la Alerta Amber, él hace un intento de huida. Fue muy pocas veces a ver cómo iba la carpeta (de investigación) y a la fecha, no sabemos nada del señor; desapareció por sus medios, dejó abandonada su casa»

Fiscalía ha revictimizado

 Además de las inconsistencias en el caso de su hijo, la madre buscadora se ha topado con la revictimización por parte de agentes de la Fiscalía General del Estado, quienes le han llegado a sugerir que Rafael, a sus 12 años, probablemente huyó por su cuenta y ahora «está tomándose fotos en Acapulco»

El caso ha llegado al punto en que la Fiscalía le solicita pistas sobre la desaparición, a pesar de que los agentes saben perfectamente que no hay ningún indicio sobre la ubicación de su hijo por lo que ha solicitado que este órgano empiece a tomar en serio la labor de búsqueda.

«Que se tomen en serio el trabajo de buscarlo, porque, por ejemplo, yo cuando fui al Ministerio Público me dijeron que él ya está en Acapulco tomándose fotos. Es un niño, nomás llevaba 20 pesos ¿a dónde puede llegar con eso? Y es un niño que no salía. Ha sido muy como de que no sabemos ni quién se lo llevó; vaya, no tenemos ni una pista, y en Fiscalía nada más nos dicen ‘qué me traen de nuevo’. Están buscando a ciegas.»

Hasta el momento sólo ha encontrado apoyo verdadero en el colectivo Voz de los Desaparecidos de Puebla, cuyos integrantes le han hecho sentir que aún hay esperanzas de encontrar a Rafael sano y salvo.

La vida con la ausencia de Rafael

Desde la desaparición de Rafael, la vida en el hogar de Teresa ha cambiado mucho, pues ahora teme constantemente por su propia seguridad y la de su hija menor, sin embargo, mantiene la esperanza de volver a ver a su hijo.

Fechas como el 30 de abril son cuando más se nota la ausencia del menor, a quien describe como un niño tranquilo, pero alegre, que disfruta mucho convivir con amigos y familia.

Los últimos dos cumpleaños de Rafael han sido fechas en las que su familia prende una veladora y organiza misas para pedir por su bienestar y que pueda encontrar el camino de vuelta a casa, ya que a pesar de ausencia física, él sigue estando presente en los pensamientos de su familia y de todos aquellos que desean verlo de nuevo.

En la escuela en la que estudia, aún hay compañeros que preguntan por él y maestros que, al igual que familiares, comparten diariamente la ficha de búsqueda, esperando que alguien en algún lugar pueda dar referencias de él.

Por su parte, Teresa espera con ansias el momento en que pueda reencontrarse con su hijo, abrazarlo y decirle que él es el regalo más grande que la vida le ha dado.

«Si lo viera le diría que lo quiero mucho, que lo amo, que ha sido el regalo más grande que he tenido en mi vida, porque él es el mayor, con el crecí, crecimos los dos juntos y pues el regalo más grande que tuviera yo para él es poder abrazarlo»

Foto: Archivo El Ciudadano

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