Esto es lo que le pasa a tu bebé si dejas que llore sin parar

Según las costumbres populares y familiares, dejar que los bebés lloren hasta que se agoten, es algo que tiene bastante aceptación social y casi es transmitido como un dato valioso

Por Andrea Peña

28/04/2016

Publicado en

Tendencias

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Newborn baby boy on a blue blanket

Según las costumbres populares y familiares, dejar que los bebés lloren hasta que se agoten, es algo que tiene bastante aceptación social y casi es transmitido como un dato valioso.

Esta popular técnica ha sido bautizada como  «espera progresiva» y fue desarrollada por el doctor Richard Ferber, neurólogo y pediatra de la Universidad de Harvard en el hospital infantil de Boston, Estados Unidos y sigue siendo muy aceptada. Sin embargo, y pese al éxito de esta técnica, en ella no se incluye al sujeto que genera la acción como objeto de estudio. Esto quiere decir, que nadie sabe, o bueno casi ninguno de los que promueven esta «efectiva técnica» se ha puetso a pensar o dilucidar lo que ocurre con los lactantes, con sus emociones, pensamientos y temores durante ese período de «espera progresiva», que para ellos (los bebés) puede ser una eternidad.  esto podría traducirse en consecuencias físicas y psíquicas que podrían afectarles para toda la vida.

Cuando un bebé llora sin que quienes estén a su cargo ofrezcan consuelo, esta comprobado que su nivel de estrés aumenta, pues es a través del llanto que  expresan sus necesidades y emociones, en otras palabras, es su forma de comunicarse con su entorno y manifestar hambre, dolor o incluso necesidad de compañía.

Sin el llanto quedan incomunicados.

Según nuevos estudios, el estrés provocado por el llanto no «escuchado», podría dañar el sistema nervioso central del bebé, así como su crecimiento y capacidad de aprendizaje.

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Los bebés y la conciencia de la muerte

La psicóloga Katharina Saalfrank, conocida por ser la Super Nanny alemana, llegó a afirmar en 2013: «Cada segundo que pasa, los niños tienen miedo a la muerte».

Fabienne Becker-Stoll, directora del Instituto de Pedagogía infantil de Baviera, explica al Süddeutsche Zeitung: «Los niños necesitan calor físico para satisfacer sus necesidades psíquicas elementales y reducir su estrés. Sólo de esta forma pueden construir vínculos seguros y confiados con sus padres, y después con las demás personas de su entorno».

Consecuencias 

Para un bebé la falta de reacción y protección de sus padres significaría que a nadie le importa lo que le ocurra y nadie va a ayudarlo, lo que podría desencadenar problemas de sueño, ansiedad, dependencia y síntomas depresivos.

Dejar que un bebé llore hasta el cansancio no tiene ningún beneficio pedagógico. Recordemos que los bebés tienen una percepción del tiempo totalmente diferente a la nuestra. No saben si llevan cinco o diez minutos llorando y son incapaces de extraer conclusiones.

Investigadores británicos han demostrado que los niños que siempre tienen sus necesidades cubiertas lloran mucho menos que los que reciben menos atención.

La receta del éxito: 

Cariño, caricias y afecto son beneficiosos para el desarrollo del ser humano.

Científicos de la Universidad estadounidense de Notre-Dame han descubierto que las personas a las que les habían acariciado y cogido en brazos a menudo en los primeros meses de vida y  no habían dejado solas mucho tiempo tenían más facilidades para salir adelante en la vida.

Entre los 600 adultos analizados, los bebés más regaloneados, tenían mejor salud, menos depresiones y estaban dotadas de una mayor capacidad de empatía. Asimismo, eran bastante más productivas que las que habían sufrido falta de atención.

El mejor consejo para los padres es que escuchen a su instinto. Reaccionar al llanto de su hijo es, sin duda, un acto reflejo perfectamente natural y eso es sabiduría ancestral. Tapa tus oídos, escucha tu corazón.

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