El inquietante motivo por el que en los hospitales de Japón no existe el piso 4

Con los enormes descubrimientos que aporta la ciencia en la vida del ser humano, es sorprendente la manera en que nos siguen afectando las cosas “sobrenaturales” que aún flotan en el aire

Por mauriciomorales

12/12/2022

Publicado en

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Con los enormes descubrimientos que aporta la ciencia en la vida del ser humano, es sorprendente la manera en que nos siguen afectando las cosas “sobrenaturales” que aún flotan en el aire. Aún seguimos creyendo en fantasmas o espíritus que rondan en cementerios o lúgubres lugares. Ante estas paranoias, una persona que de verdad se ponga investigar estos fenómenos seguramente encontrará una respuesta científica. Entonces, si ya nada es un misterio, ¿no debemos temerle a nada ni a nadie?

A pesar del desarrollo de las ciencias y todo lo que se deriva de ellas, aún hay algo que no han podido resolver y parece ser que nunca lo harán. Por eso, por más explicaciones argumentadas, monstruosas fórmulas y teorías universales, nunca podrán explicar el misterio del azar y la muerte.

Algunos filósofos afirman que el humano es el único ser vivo que tomó consciencia de que algún día su vida llegaría a su fin, entonces esta condición de finitud lo obligó a desarrollarse intelectualmente por encima de todas las especies.

“En japonés, una de las pronunciaciones del número 4 es “Shi”, que fonéticamente suena igual a la palabra muerte»

Lo que también es cierto, además de la enorme motivación para la acción, es que vivimos sabiendo que vamos a morir, pero nunca queremos que ese momento pase. Ligado al acto mortuorio, también existe el factor de que nunca sabremos qué pasará en un futuro. Hoy estamos tranquilos en la casa, escuela o trabajo, pero no sabemos lo que pasará el siguiente año, el siguiente mes, incluso no sabemos qué pasará el día de mañana. ¿Y si hoy es la última vez que vemos salir el sol? Creemos que estamos a salvo, pero un infortunio o accidente puede darle fin a nuestra más plena vida. ¿Verdad que da un poco de miedo?

Esta agonizante incertidumbre de lo que pudiera pasar en el instante siguiente es el miedo más grande para la cultura de Japón. Ellos, que están en la punta de invenciones tecnológicas y científicas, aún no han podido descubrir la manera de detener la muerte. Tal vez su enorme ego e ímpetu por seguir perfeccionando su mundo alimenta su temor a dejar de existir.

Puede que los califiquen como superticiosos o maniáticos, pero ellos quieren dejar de relacionarse con la muerte a toda costa. En este afán de huir, crearon una realidad que rompe con el sentido lógico de lo que todos conocemos.  Los japoneses evitan el número 4 así como en Occidente evitamos el 13. En japonés, una de las pronunciaciones del número 4 es “Shi”, que fonéticamente suena igual a la palabra “muerte”.  Por esto se lo ve como un número de mala suerte y como se había dicho, ellos tratarán de evitarlo hasta de las maneras más absurdas.

Cuando hacen regalos, por ejemplo, tratan de no regalar cuatro cosas, ya que sería algo de muy mal augurio. En los hospitales no existe el piso 4 por el mismo motivo e incluso se lo evita en los números telefónicos y hasta en buzones de correo. Así de temerosos son con la muerte. Si creías que esto es exagerado, la lista de supersticiones continúa. Otro ejemplo está en los hashimejor conocidos como palillos japoneses. En el país nipón es de muy mal gusto dejar clavados los palillos en el arroz, ya que representan a los inciensos que usan en las ceremonias ancestrales. Si cometes este error puedes traer malos recuerdos a los japoneses que estén comiendo contigo y además estarías invocando a la mala suerte.

Otra creencia negativa que se creó tiene que ver con sacar una fotografía a tres personas. Se dice que cuando se sacan fotos de este tipo, quien esté en medio es quien moriría antes, y de no ser así,  por lo menos tendrá muy mala suerte. Esta aparente locura es muy popular entre los más jóvenes, pero no suena tan descabellado cuando se descubre que silbar de noche también es de mala suerte. Según las creencias japonesas, si alguien silba después de que el sol se oculte, atraerá un sinfín de malos augurios, fantasmas y cualquier otro tipo de espíritus malignos.

“Ellos, que están en la punta de invenciones tecnológicas y científicas, aún no han podido descubrir la manera de detener la muerte“

La lista de creencias continúa. Dicen los japoneses que si se estrenan unos zapatos en un día lluvioso, de ahí en adelante lloverá cada vez que se les vuelva a usar. Puede sonar un tanto absurdo, pero si se compara con la idea de que las puertas nunca deben estar orientadas al noroeste, porque hacia esa dirección están las puertas del infierno, los días lluviosos parece poco. Por último, llevar flores a un enfermo es algo muy bien visto en Japón, así como en Occidente. Pero regalar una planta con raíces en Japón es algo que no se hace ni de broma. Según la creencia nipona, regalar una planta con raíces a una persona hospitalizada representa que esa persona “echará raíces” en el hospital y se interpreta que su estadía en el lugar se prolongará.

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