¡Estos tipos se pasaron! Empresa fabrica muñecas sexuales para pedófilos

El sitio Muhimu subió por estos días una interesante nota en donde da cuenta de lo que ocurre con una empresa japonesa llamada Trottla que ha desarrollado un negocio tremendamente polémico y que es la venta de muñecas sexuales cuya apariencia es de niñas, es decir, su público objetivo son los pedófilos

Por Carlos Montes

19/01/2016

Publicado en

Tendencias

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El sitio Muhimu subió por estos días una interesante nota en donde da cuenta de lo que ocurre con una empresa japonesa llamada Trottla que ha desarrollado un negocio tremendamente polémico y que es la venta de muñecas sexuales cuya apariencia es de niñas, es decir, su público objetivo son los pedófilos.

Desde un punto de vista médico, la paidofilia o pedofilia es una parafilia que consiste en que la excitación o el placer sexual se obtienen, principalmente, a través de actividades o fantasías sexuales con niños de, generalmente entre 8 y 12 años. El diario británico The Mirror recoge la polémica que ha nacido en torno a esta empresa, que no obstante lleva diez años funcionando. Se trata de muñecas de silicona, de gran realismo, que representan a niñas de hasta cinco años de edad.

El fundador de la empresa, Shin Takagi, cree que su negocio es una manera de ayudar a gente que “exprese sus deseos legal y éticamente. No merece la pena vivir si tienes un deseo reprimido”. El creador del negocio asegura que su idea sirve para evitar ataques reales a menores: “A menudo recibo cartas de clientes. Me dan las gracias por mis muñecas, que les sirven para no cometer un crimen”.

Según este inventor, entre su clientela hay médicos, profesores e incluso famosos. Pero la idea de Takagi no es compartida por todos. El Mirror recoge la opinión de expertos de la clínica Mayo que aseguran que este tipo de tratamientos “no cambian la orientación sexual de los pedófilos hacia los niños”.

Además, Michael Seto, psicólogo y sexólogo de la Universidad de Toronto, cree que para algunos pedófilos, estos sustitutivos pueden “agravar su sentimiento de frustración”, aunque matiza que para otros, en efecto, puede reducir su necesidad de buscar pornografía infantil o sexo real con menores”.

El principal problema que presenta el tratamiento de los pedófilos es que estos no suelen colaborar. Son una minoría los que aceptan ser tratados y muchos de ellos no se consideran a sí mismos ni enfermos ni anormales, llegando incluso a reivindicar, tanto privada como públicamente, la legitimidad de sus aproximaciones a menores sobre la base de que solo pueden considerarse como abusos cuando media la violencia física o la coacción. Es frecuente, también, el que apelen a que el menor tiene capacidad suficiente para demostrar si algo le agrada o no, o a que sus acciones son consecuencia de las actitudes seductoras del menor. La negación de la problemática es una de las principales características de estos individuos.

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