Tips para organizar una mudanza

Cambiar de hogar puede ser un momento súper gratificante en tu vida. Pero también, el caos que se genera nos lleva a tensionar los nervios hasta quedar completamente desbordados.

Para que esto último no suceda, es recomendable hacer la mudanza de la manera más organizada posible.

Aquí, algunos consejos para que el que reine sea el orden:

Preparate: «El que se preocupa, no se ocupa» suelen decir en la jerga psicoanalítica, con lo cual, es importante que no te estreses antes de tiempo ocupando tu cabeza y tu energía en pensar compulsivamente en lo que se viene por delante. Relajate y, en cambio, redacta una lista de tareas concretas a llevar a cabo antes de la semana de mudanza (conseguir cajas, contratar transporte, buscar a alguien que cuide a tus mascotas durante el proceso, etc.).

Kit de superviviencia: Debes apartarte una mochila o paquete en donde tengas tus cosas básicas y esenciales a mano: unas sábanas limpias, un pijama, un neceser para el baño y cualquier otra cosa que te parezca fundamental. Piensa en lo que necesitarás esa noche y a la mañana siguiente.

No olvides comprobar los servicios básicos: si, por ejemplo, no cuentas con luz eléctrica hasta después de unos días, recuerda llevar  el celular cargado, un paquete de velas y una linterna (también puedes, con un alargue y una zapatilla, pedirle a tu nuevo vecin@ que te provea de electricidad al menos por una o dos horas al día).

Zona segura: En el desorden generalizado que se produce al empaquetar, es útil dejar una «zona segura» en donde siempre estén las cosas que más necesites a mano: la cinta para embalar, la tijera, herramientas, el celular, la cartera, los cigarrillos, etc. No debes mover esos objetos de lugar por nada del mundo y así podrás encontrarlos fácilmente. Si alguien te ayuda, avísale de esa «zona segura» y cerciórate de que la respete.

Etiquetas: Ponerle nombre a las bolsas o cajas te hará más liviana la tarea del re-ordenamiento del hogar. En cuanto a la ropa, si tienes prendas que están fuera de estación, te conviene guardarlas limpias y aclarar, por ejemplo, que es «ropa de invierno», así cuando llegas, a esos bolsones, por lo menos, los depositas así como están en el rincón del placar asignado para las vestimentas en desuso.

Transporte: A la hora de alquilar el flete o furgoneta que lleve todo tu mobiliario, debes ser absolutamente sincero: especifica de cuántos ambientes es tu casa actual y de cuánto será la nueva; si puedes, incluso, léele una lista con todos los muebles que tienes y con la cantidad aproximada de bolsas y cajas. Explícale sin tapujos la distancia exacta entre un punto y el otro, cuántas horas crees que necesitarás y cuántas personas extra vas a contratar. Esto es importante para que no haya sorpresas cuando la mudanza ya esté en marcha (cambios de presupuesto, extensión del horario, etc.)

Por último, aprovecha la mudanza para hacer limpieza y deshacerte de todos los objetos y muebles que ya no utilizas. Es el mejor momento para hacer un despojo honesto: piensa que cada cosa que arrojes a la basura, regales o vendas es un bulto menos para empaquetar y transportar.

Y ahora sí, ¡a disfrutar de la casa nueva!