Educación misionera y racismo afectivo: el moldeamiento colonial de las niñas mapuche
Un equipo interdisciplinario de la Universidad de Chile investigó cómo los «tonos afectivos» en la educación anglicana influyeron en la construcción de identidades raciales y de género en niñas mapuche entre los siglos XIX y XX. El estudio, publicado en la revista Autoctonía, analizó el archivo The South American Missionary Magazine, revelando estrategias de dominación colonial a través de emociones como el amor y la moral cristiana, destaca una publicación de Prensa UChile.
«El racismo y la feminización operaban juntos en este contexto misional, produciendo no solo alteridad mapuche, sino también reforzando la norma blanca civilizatoria», explicó Rosario Fernández-Ossandón, coautora y académica del Departamento de Filosofía.
Las investigadoras identificaron que, pese a un discurso «benévolo», las misiones infantilizaban y racializaban a las niñas, proyectándolas como futuras madres sumisas mediante la costura, el cuidado doméstico y la obediencia religiosa.
Valentina Lastra, coautora y doctoranda en Estética, destacó a Prensa Uchile que las emociones fueron herramientas clave para el control colonial: «No las entendemos como interioridad, sino como modos de afectación que vinculaban a las personas con discursos hegemónicos». El estudio muestra cómo la ambivalencia —entre la «nobleza» mapuche y su representación como «necesitados de ayuda»— reforzó la eficacia evangelizadora.
Resistencias sutiles y legados actuales
El trabajo también rescata microresistencias mapuche, como el enojo o la negación a cumplir roles impuestos. «Estas rebeldías tensionaban los mandatos de género, aunque no encajen en el paradigma heroico tradicional», señaló Fernández-Ossandón. Para Antonieta Vera, líder del estudio, estos hallazgos permiten cuestionar políticas educativas actuales que ignoran las cosmovisiones indígenas.
El análisis interdisciplinario —que incluyó filosofía, estética y estudios de género— subraya que los afectos coloniales persisten en debates contemporáneos. «No buscamos clausurar discusiones, sino aportar herramientas críticas sobre educación, poder y emociones», concluyó Vera. La investigación, financiada por Fondecyt, resalta además el rol de las mujeres en la academia y la necesidad de descolonizar las narrativas históricas.
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