El Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) celebró una sesión extraordinaria el viernes 13 de junio de 2025 para abordar los recientes bombardeos israelíes contra instalaciones nucleares en Irán. Durante la madrugada del jueves al viernes, las Fuerzas de Defensa de Israel atacaron el centro de enriquecimiento de uranio de Natanz y otras instalaciones nucleares en diversas regiones de Irán. Los ataques resultaron en decenas de víctimas civiles y daños significativos a la infraestructura atómica iraní.
El embajador ruso ante la ONU, Vasili Nebenzia, calificó los bombardeos como una «aventura peligrosa e irresponsable» que podría desencadenar una «catástrofe nuclear de gran magnitud». Nebenzia responsabilizó directamente a Israel por la escalada militar y subrayó la obligación de los Estados miembros de la ONU de no utilizar la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado, conforme a la Carta de las Naciones Unidas y el Derecho internacional.
En respuesta a los ataques, Irán cerró su espacio aéreo nacional y declaró alerta máxima. Misiles balísticos iraníes impactaron territorio israelí, incluyendo Tel Aviv, durante la tarde del viernes. El ministro de Exteriores iraní, Abbas Araghchi, anunció el abandono de las negociaciones diplomáticas sobre el programa nuclear con Estados Unidos, calificando la agresión israelí como una «violación flagrante» de la soberanía iraní.
La sesión del Consejo de Seguridad fue convocada a petición de Irán, que consideró los ataques israelíes como una «declaración de guerra». La misión permanente iraní ante la ONU denunció que los bombardeos equivalen a una violación de la Carta de la ONU y amenazan la paz y seguridad internacionales.
El secretario general de la ONU, António Guterres, condenó enérgicamente cualquier escalada militar en Oriente Medio y pidió a ambas partes que muestren la máxima moderación para evitar una mayor desestabilización de la región. Guterres subrayó la importancia de la diplomacia y el diálogo para resolver las tensiones y prevenir una catástrofe mayor.
La comunidad internacional observa con preocupación la evolución de la situación, que podría tener repercusiones significativas para la estabilidad regional y global.