El disfraz del odio: ataque político conmociona EE. UU. y revela crimen político bajo el régimen de Trump
Un hecho de extrema gravedad política e institucional sacudió este viernes a Estados Unidos: un atacante disfrazado de agente policial asesinó a la congresista demócrata Melissa Hortman y a su esposo, e hirió gravemente al senador John Hoffman y su esposa, en dos ataques separados ocurridos en Minnesota. La figura del agresor —aún prófugo— añade un matiz especialmente perturbador: utilizó los símbolos de la autoridad pública para infiltrarse y ejecutar su crimen.
Según destaca el análisis publicado por @mundiario, de la autora Claudia Silver “la elección de ese disfraz no es casual: es una sátira macabra del colapso de la legitimidad institucional, una burla a las normas que sostienen cualquier Estado de derecho”.
Melissa Hortman, expresidenta de la Cámara de Representantes de Minnesota, era considerada una figura clave de la política estatal. De acuerdo con quienes la conocieron, se trataba de “una servidora pública íntegra, con sentido del humor, inteligencia política y profunda vocación democrática”. Según fuentes demócratas, su asesinato no solo enluta a su familia y comunidad, sino que representa un duro golpe a la estabilidad institucional de su Estado.
El caso de John Hoffman y su esposa —heridos de gravedad— añade un elemento de incertidumbre aún mayor. Desde el análisis de @mundiario, no es descabellado preguntarse si el ataque formaba parte de una cadena de atentados contra líderes demócratas. “¿Estamos ante el inicio de una espiral de atentados selectivos?”, se plantea Silver.
Silver recuerda que “Estados Unidos lleva años jugando con fuego”, recordando el asalto al Capitolio en 2021, amparado por Tump, señalando que “fue una advertencia de que el desacuerdo político ha dejado de canalizarse por las vías institucionales. En ese entonces, muchos dijeron que era una excepción, una reacción desbordada. Hoy, sin embargo, parece más una antesala de lo que puede venir: la normalización del odio como combustible electoral, y de la violencia como método”.
Los demócratas deberán enfrentar el luto y, al mismo tiempo, fortalecer las medidas para proteger la integridad física de sus representantes. Mientras tanto, se espera que los republicanos “si aún valoran el espíritu republicano”, se unan sin matices a la condena del hecho, “sin dobles lecturas ni cálculos electorales”, destaca la autora del texto.
El texto de @mundiario es enfático: este crimen “no es solo contra una mujer o contra un partido. Es un ataque directo a la esencia del sistema representativo”. Si la democracia se basa en el debate de ideas, el uso de la violencia representa su total negación.
Finalmente, la nota concluye con una frase contundente: “Cuando la política mata, lo que está en juego no es una ideología: es la civilización misma”.