Dirigentes del Sindicato Colegio Club Hípico sufren graves amenazas y denuncian persecución sistemática

Mensajes intimidatorios buscan silenciar a líderes sindicales, mientras despidos injustificados y una constante hostilidad afectan a trabajadores de la institución.

Dirigentes del Sindicato Colegio Club Hípico sufren graves amenazas y denuncian persecución sistemática

Autor: Ivette Barrios

Mensajes intimidatorios buscan silenciar a líderes sindicales, mientras despidos injustificados y una constante hostilidad afectan a trabajadores de la institución.

El Colegio Club Hípico, ubicado en la comuna de El Bosque, se ha visto seriamente acusado por una grave escalada de amedrentamiento dirigida a los líderes del Sindicato de dicho establecimiento. Fundado el 3 de septiembre de 2019, la organización sindical ha hecho públicas, a través de su plataforma en TikTok (@s.escuelaclubhipico), una serie de amenazas explícitas que buscan silenciar a sus dirigentes.

El punto más preocupante de la situación llegó hace aproximadamente una semana atrás, con el hallazgo de un papel con las palabras «Caty y David, dejen de hablar o los callaremos», elaborado con letras recortadas de diarios y firmado con las iniciales «CCH», el cual fue encontrado en la inspectoría del colegio.

La dirigenta Catherine Escobar, una de las amenazadas junto a David Manquecoi, relata que inicialmente: «creía que era una broma. Estaba en la biblioteca y me reía, porque pensaba que esto era mentira», comenta para El Ciudadano. Sin embargo, la gravedad del mensaje fue rápidamente entendida y presentada a la dirección del establecimiento.

Ante este hecho, el sindicato manifestó su rotundo rechazo a través de su cuenta en TikTok, señalando que la situación: «escapa de cualquier tipo de osadía«, y enfatizaron en que «esto no quedará impune«. El documento ya está siendo investigado en PDI y el colegio se comprometió a presentar su propia denuncia para identificar a los responsables.

Esta acción de hostigamiento no es un hecho aislado, sino que se enmarca en un contexto más amplio de conflictividad laboral que, según Escobar, inició desde la misma formación del sindicato. La dirigente explica que los problemas se potenciaron hace dos años con la llegada de una nueva directora, quien, según sus palabras, fue contratada con el fin de poder ordenar supuestamente el desorden que había.

Sin embargo, este orden se tradujo en un ataque directo contra la sindicalista, afirmando que le fueron quitando bonos y responsabilidades. Lo anterior solo fue la punta del iceberg, pues el Colegio la demandó para intentar quitarle el fuero sindical, una acción que no lograron, pero la dejó con deudas y menos ingresos.

Sus compañeros también tuvieron que vivir situaciones estresantes. «Empezaron a echar más
gente del sindicato, y solo a gente del sindicato», denuncia Escobar, confirmando el patrón de despidos injustificados que para el gremio, son una «medida de represión y desarticulación». Varias trabajadoras han sido desvinculadas de forma abrupta, generando un clima de incertidumbre y temor entre el personal, impactando directamente en la estabilidad laboral de la comunidad educativa.

La situación se agrava con las constantes trabas a la organización sindical. Escobar comenta que les impiden realizar reuniones en el colegio, incluso intentando cambiar los horarios de sus encuentros que tradicionalmente eran a las 4 de la tarde, un horario conveniente para los asistentes de la educación. Para complicar aún más el panorama, la dirigenta revela la formación de un sindicato paralelo por parte del establecimiento, al que califica de «amarillo», y que está compuesto por gente que promueve la idea de «si tú estás en ese sindicato, no vas a tener problemas laborales«, ofreciendo una falsa tranquilidad laboral.

Este segundo sindicato busca desmovilizar a los trabajadores y restar fuerza al sindicato original, quienes son más directos y defienden en todo momento a sus miembros, incluso a los despedidos. «Ellos saben que nosotros somos de verdad, pues vamos al choque. Nosotros sí tenemos que defender, los vamos a defender”, asegura Escobar, añadiendo orgullosamente que “tenemos abogados que nos ayudan en todos los procesos y problemas que hemos tenido«.

La lucha ha tenido un costo personal para Catherine, quien a pesar de las dificultades, incluyendo problemas con el registro de su jornada laboral que le ha afectado el pago de su sueldo, sigue en una posición firme. «Sabemos que es parte del proceso y qué tenemos que seguir avanzando no más, por el bienestar de todos«, afirma, añadiendo enfáticamente que “no nos van a callar”.

Ante la gravedad de los hechos, el Sindicato Colegio Club Hípico hace un llamado urgente tanto a las autoridades competentes como a la comunidad para que se garantice la seguridad y el respeto a los derechos laborales. Los trabajadores han expresado su firme convicción de que el centro educativo «vuelva a ser un lugar seguro y libre de violencia«, donde puedan desarrollar sus funciones sin temor a intimidaciones. Una imagen publicada hace ya dos meses en sus redes sociales, concluye con un rotundo «¡Basta de Despidos!», reflejando la determinación del sindicato en su larga lucha por condiciones laborales justas y el fin de la persecución a sus dirigentes.


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