Son varias las diferencias que separan a Sebastián Bravo con la empresa inmobiliaria Alta Cruz SpA. que regenta Luis Retamal. Bravo sostiene que Retamal ha incumplido el contrato de arriendo por el edificio donde se emplaza el Teatro Centenario en pleno centro de la ciudad de La Serena.
Esto porque a solo semanas de haber concretado la firma del contrato comenzaron los problemas para el desarrollo de sus actividades, entre ellas la falta del documento municipal de recepción definitiva del inmueble y también de las reparaciones de la techumbre del recinto que quedó sin ninguna actividad durante la pandemia del Covid 19.
Según se puede ver en la cadena de mensajes de Whatsapp entre Bravo y Retamal, existe una permanente insistencia por parte del primero para avanzar en los temas pendientes. Y aunque en las respuestas del representante de Alta Cruz se muestra buena disposición para concretar los trámites y trabajos, finalmente nada de ello se traduce en la realidad.
A eso se debe sumar la negativa del municipio de La Serena por entregar las autorizaciones pertinentes solicitadas por el administrador del Teatro Centenario. Solo a través de un dictamen de la Contraloría Regional de Coquimbo, Teatro Centenario SpA. logró revertir la decisión de la casa edilicia de negar sistemáticamente la patente de restaurante para el recinto.
Epicentro de la actividad cultural serenense
El edificio de Gregorio Cordovez con Los Carrera, en pleno casco histórico de la ciudad de La Serena, fue construido en 1945 por mandato del arzobispado con el objetivo de destinarlo para actividades culturales. Así se mantuvo como teatro y cine hasta fines de la década del ’90 del siglo 20 cuando cerró con la llegada de los cines de cadena.
Años después, la familia Cuturrufo (parientes del fallecido trompetista Cristián Cuturrufo), se hicieron cargo del recinto que mantenían principalmente con los ingresos que generaba un café que estaba en la esquina del edificio.
En 2018 el contrato fue cesado por parte del Arzobispado de La Serena. Luego vino el estallido social y posteriormente la pandemia, lo que postergó el reinicio de sus actividades. En ese periodo, desde el propio municipio con Roberto Jacob al frente mostraron interés por hacerse cargo del teatro, algo que finalmente no se concretó.
Así, en 2022 Sebastián Bravo presentó una propuesta de arriendo y también de cómo avanzar con el teatro para volver a posicionarlo como un lugar emblemático de la cultura local.
En un hecho histórico para esta localidad, la banda Mr. Bungle de Mike Patton se presentó en diciembre de 2022.
De ahí en adelante el espacio ha estado abierto para bandas locales, nacionales e internacionales de diferente tonelaje en la escena artística. Entre ellos se puede contar a conjuntos como Los Jaivas, Illapu, Inti Illimani y Quilapayún, además de artistas tributo de primer nivel representando a grupos como Foo Fighters y Simply Red, así como cantantes de la talla de Freddie Mercury, todo con gran satisfacción del público.

Jazz, teatro, presentaciones familiares y humoristas también han pasado en estos últimos tres años por el remozado escenario del Teatro Centenario, lo que ha significado revitalizar al centro de La Serena, gracias además a una cafetería de gran nivel y un patio de comidas que ya es parte de la escena gastronómica local.
“Tenemos el apoyo de la ciudadanía quienes han visto nuestro trabajo, que han gozado de nuestro espectáculo y vieron por primera vez desde el 2022 que el Teatro Centenario brilla con espectáculos en vivo de una manera que nunca lo había hecho, generando algo que nunca había existido en la región”, comenta Sebastián Bravo frente a las dificultades.
El dueño del inmueble, el Arzobispado de La Serena, cuyo representante es además el presidente de la Conferencia Episcopal, René Rebolledo, ha mantenido silencio frente al conflicto. Esto a pesar de que el jefe religioso local está al tanto de lo que está ocurriendo con el edificio pues fue el propio prelado quien firmó los documentos para conseguir la recepción definitiva de parte del municipio.
Con su mutismo además se ha permitido que continúen las acciones reñidas con la legalidad, como por ejemplo demoler parte del interior del inmueble, así como la emisión de facturas falsas para eludir sus obligaciones tributarias.
A juicio de Bravo, Alta Cruz SpA. busca recuperar de manera impropia el recinto y convertirlo en un centro comercial o un supermercado, dejando a La Serena sin acceso a este histórico espacio para la cultura.

El Ciudadano