Por Manuel Hasbún Zaror

En los últimos días, diversas potencias occidentales han advertido a Israel que en caso de no llegarse pronto a un acuerdo de alto el fuego en Gaza, reconocerán al Estado palestino en la próxima Asamblea General de las Naciones Unidas en septiembre.
Francia, Reino Unido y Canadá, tradicionales aliados de Israel, han efectuado sendos anuncios en este sentido. Sin embargo, sus gobiernos saben perfectamente que tal reconocimiento será absolutamente inútil si al mismo tiempo no están dispuestos a adoptar las medidas de presión necesarias para obligar a Israel a detener la masacre en Gaza y levantar el bloqueo, como también a retirarse de los territorios de Cisjordania, ilegalmente ocupados desde 1967, y a retirar a los cerca de 800 mil colonos judíos allí instalados.
En todo caso, tal reconocimiento traería diversas ventajas políticas internas para los citados gobiernos, entre ellas, demostrar que están haciendo algo para detener el genocidio en Gaza y además, bajar la presión de la opinión pública en los respectivos países, que exige medidas drásticas en contra de Israel. Y por otra parte, en forma disimulada, se le está otorgando a Israel mayor plazo para completar la total destrucción de Gaza y de su pueblo.
Por otra parte, no puede pasar inadvertido el hecho de que tanto Francia como Reino Unido son algunos de los proveedores de las armas que la potencia sionista ha utilizado para masacrar a los palestinos, contratos armamentísticos vigentes hasta la fecha.
Alemania, por su parte, que ha proporcionado el 30% de las bombas que Israel arroja sobre Gaza, ha reaccionado en forma más auténtica, afirmando que no reconocerá al Estado palestino. Confirma así su participación en un segundo genocidio, después del primero, que fue el Holocausto.
Debemos agregar que ninguno de los países mencionados ha tenido el coraje político de reconocer que lo que ocurre en Gaza es un genocidio, pese a todas las evidencias que minuto a minuto son registradas por múltiples medios, imposibles de desmentir y que todo el mundo está observando.
En consideración a lo anteriormente expuesto, podemos afirmar con total certeza que el mencionado reconocimiento no logrará mejorar ni un ápice la situación en Gaza. Y, por otra parte, refuerza nuestra convicción respecto de la bancarrota moral de Occidente, el cual después de más de 22 meses de apoyar, con pleno conocimiento, la comisión de un genocidio, pretende ahora lavar su imagen con medidas mucho más efectistas que eficaces. Su pretendida preocupación por las víctimas del genocidio palestino, no logrará engañar a nadie.
Por Manuel Hasbún Zaror
Presidente del Centro de Información Palestina CIP
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