Por Arnaldo Canales Benítez

La primavera es conocida por sus flores, los días más largos y la sensación de renovación. Sin embargo, para muchas personas, la llegada de esta estación puede traer desafíos inesperados para la salud mental. La depresión estacional no solo ocurre en invierno: aunque es más frecuente en los meses fríos, entre un 10% y 20% de quienes presentan trastorno afectivo estacional manifiestan síntomas también en primavera-verano. Los cambios en la luz y el calor pueden alterar nuestros ritmos biológicos, generando irritabilidad, ansiedad o sensación de agotamiento.
Reconocer los signos
Identificar cómo nos afecta la transición de estaciones es clave. Entre los síntomas más frecuentes se encuentran:
- Cambios en el sueño (insomnio o somnolencia excesiva)
- Alteraciones en el apetito
- Fatiga y dificultad para concentrarse
- Sensación de tristeza o irritabilidad persistente
Si estos síntomas persisten más de dos semanas, es señal de que necesitamos apoyo profesional.
Qué hacer para cuidar la salud mental en primavera
- Mantener rutinas saludables: Comer equilibradamente, dormir las horas necesarias y realizar actividad física regularmente ayuda a estabilizar el ánimo. El ejercicio regular (150 minutos a la semana) puede disminuir en un 22% la probabilidad de desarrollar depresión.
- Exponerse a la luz natural: Aprovechar los días soleados mejora la producción de serotonina, el neurotransmisor relacionado con la felicidad. La exposición diaria a la luz natural de al menos 30 minutos puede reducir en un 36% el riesgo de síntomas depresivos leves.
- Tener momentos de autocuidado: Dedicar tiempo a hobbies, meditación, lectura o paseos al aire libre. Pasar al menos dos horas semanales en contacto con la naturaleza se asocia a un 20% más de bienestar emocional.
- Conectar con otros: Socializar y compartir emociones fortalece la resiliencia.
- Buscar ayuda profesional si es necesario: Psicólogos y psiquiatras pueden ofrecer herramientas y tratamiento para regular el ánimo y prevenir complicaciones. Dormir menos de seis horas por noche, por ejemplo, aumenta en un 31% el riesgo de ansiedad y depresión durante los cambios estacionales.
La primavera como oportunidad
Más allá de los desafíos, la primavera nos invita a renovarnos, a reconectar con la naturaleza y con nosotros mismos. Reconocer nuestros límites y cuidar nuestra salud mental no es un signo de debilidad, sino de fortaleza. Es la oportunidad de florecer desde dentro, y no solo admirar cómo lo hace el mundo exterior.
Por Arnaldo Canales Benítez
Doctor en Pedagogía y Educación. Experto en educación y bienestar emocional en América Latina. Magíster en Educación Emocional e impulsor de la Ley de Educación Emocional en Chile y Latinoamérica.
Las expresiones emitidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de su autor(a) y no representan necesariamente las opiniones de El Ciudadano.