Por Irfan Chowdhury
Pruebas fotográficas recientemente publicadas, junto con testimonios registrados de una investigación pública, documentan un patrón de abusos sistemáticos infligidos a la ciudadanía iraquí por soldados británicos del Queen’s Lancashire Regiment en 2003. Estos abusos se produjeron con el conocimiento y la autorización de oficiales superiores, quienes ordenaron que lxs detenidxs fueran tratadxs «con dureza». A pesar de una investigación pública, hubo casi una total falta de asunción de responsabilidad, y casi ningunx de lxs soldadxs involucradxs en esos episodios específicos enfrentó procesos judiciales.
Un soldado británico sin camisa, tomando del cabello a un hombre iraquí cuyos ojos y nariz están vendados fuertemente con cinta adhesiva negra.
Una fila de ocho hombres iraquíes con bolsas de arena sobre sus cabezas, agachados en posturas de estrés sobre el pavimento, mientras un soldado les apunta desde el otro lado de la calle.
Estas son algunas de las imágenes publicadas hoy por Declassified que documentan en profundidad el abuso que sufrió la ciudadanía iraquí a manos de soldadxs británicos después de la invasión de Irak en 2003.
Estas se publican cuando la población iraquí acude a las elecciones parlamentarias nacionales en las que la persona que ocupa el cargo de primer ministro ha reiterado los llamamientos para que las fuerzas occidentales abandonen el país.
Algunas fotografías, tomadas en Basora en septiembre de 2003, muestran a miembros de la tribu local Garamsche detenidxs por soldados británicos del Queen’s Lancashire Regiment, quienes recibieron la orden de rodearlxs y tratarlxs «con dureza«.
Menos de una semana después, soldados del mismo regimiento someterían al civil iraquí Baha Mousa y a otras ocho personas detenidas a «violencia gratuita», incluyendo golpizas, posturas de estrés y episodios de humillación sexual, según concluyó posteriormente una investigación pública.
Mousa, un trabajador de hotel de 26 años, sufrió al menos 93 lesiones distintas y murió tras un «atroz episodio de grave violencia gratuita» por parte de soldados del Reino Unido, concluyó la investigación de 2011.
Si bien los detalles e imágenes del caso de Mousa han sido ampliamente dinfundidos, las fotos del episodio anterior con lxs Garamsche, así como las de personas detenidas maltratadas semanas antes, no se habían publicado previamente por medios de comunicación británicos.
Declassified solo pudo encontrar las fotos en un sitio ruso con crédito del Servicio Ruso de la BBC y en el periódico alemán Süddeutsche Zeitung.
Las imágenes se presentaron como evidencia en la investigación y citadas por su presidente, Sir William Gage, en las audiencias y en su informe final, pero desde entonces habían estado archivadas en la página web de la investigación — hasta ahora.
La redada
Lo sucedido el 9 de septiembre de 2003 está plasmado en declaraciones y testimonios recogidos en la investigación y citados en el informe de Gage.
Ese día, soldadxs británicxs de la Compañía C del Queen’s Lancashire Regiment llevaron a cabo una redada en Basora, al sur de Irak.
El objetivo de la redada era castigar a lxs Garamsche, que supuestamente estaban acusadxs de participar en actividades de índole mafiosas en el norte de la ciudad, incluyendo amenazas a comerciantes locales.
Junto a la orden de que la compañía debía tratarles “con dureza”, unx soldadx declaró haber escuchado una conversación entre un mayor y un capitán sobre la redada.
Según el soldado, el mayor dijo que este tenía «carta blanca« para tratar a lxs Garamsche como considerara. El mayor y el capitán negaron en la investigación haber usado esa expresión.
Lxs soldadxs capturaron a varios hombres de la tribu y los llevaron al Antiguo Edificio Estatal en Basora, donde comenzó una pesadilla para lxs detenidxs.
«Chillando como cerdos»
Un soldado testificó que el abuso a los detenidxs de Garamsche comenzó incluso antes de que llegaran al edificio, que servía de base para las fuerzas de la coalición.
Según el informe de Gage, el cabo James Dunn dijo que vio cómo cuatro de los detenidxs de Garamsche sufrían puñetazos y patadas «mientras eran maltratadxs al ser trasladadxs al lugar de la detención y durante todo el trayecto».
«Gritaban y chillaban como cerdos», dijo Dunn, según se cita en el informe.
El cabo primero Alifereti Nasau, médicx que no pertenecía a la Compañía C, también vio como personas detenidas recibían patadas y puñetazos, y observó a dos hombres sangrando, uno por la boca y otro, un anciano, con un corte sobre los ojos.
El soldado raso John Morris dijo haber visto a otro soldadx golpear a unx prisionerx con la culata de un rifle.
El informe de la investigación continúa: “Tras su detención, a lxs detenidxs de Garamsche se les vendaron los ojos durante largos periodos, ya sea con sacos de arena o con cinta adhesiva negra enrollada alrededor de sus cabezas.
“Las fotografías muestran claramente dicho trato. En cada una de estas fotografías se muestra a S037 [un soldado no identificado] en posturas desagradables agachado junto a lxs detenidxs. Hay evidencia de que les gritaba y les daba golpes y patadas».
Ninguno de los soldados responsables del abuso —parte del cual aparece en estas fotografías—fue procesadx por su participación en este episodio.
«Siempre encapuchadxs»
Existen imágenes no declaradas anteriormente en el archivo de la investigación que dan a conocer sobre abusos un mes antes de la muerte de Mousa. Fueron tomadas en agosto de 2003 por David Brown, un exsargento que sirvió en el Queen’s Lancashire Regiment en Irak.
En una declaración testimonial, Brown detalló que lxs detenidxs eran frecuentemente llevadxs a la base principal del Reino Unido en Basora y sufrían abusos por parte de soldadxs británicxs, lo que incluía gritos y reclusión en un edificio caluroso y oscuro que hedía a desechos corporales.
Explicó que lxs detenidxs eran llevadxs allí dos o tres veces por semana y “siempre estaban encapuchadxs con sacos de arena cuando estaban dentro del complejo y en las áreas abiertas”.
Brown relató que al mirar dentro de la instalación de internamiento, a menudo veía a las personas detenidas sentadas en el suelo con las manos sobre sus cabezas y que parecía que tenían las manos esposadas con plásticos.
“Yo describiría esto como una postura de estrés porque no habría sido una posición cómoda o normal que una persona adoptaría si pudiera elegir. Generalmente estaban sentadxs con la espalda apoyada contra la pared”, testificó.
Brown describió el centro de internamiento como «el armazón de un edificio» que «olía a una mezcla de heces, orina y sudor». Dijo que había oído a varias personas decir que los detenidxs a veces hacían sus necesidades allí, pero no recordaba quién se lo había dicho.
«Recuerdo que había Portaloos (baños portátiles) afuera, pero no sé si siempre estaban en funcionamiento. No recuerdo si había retretes dentro del centro de internamiento», afirmó.
Brown tomó fotografías el 15 de agosto de 2003 de personas detenidas en posiciones de estrés bajo un calor sofocante en la base. Algunas estaban “triplemente embolsadas” como castigo por «mal comportamiento».
Brown llevaba un diario y citó una entrada de ese día en su testimonio.
“Escribí: ‘23 personas detenidas esta mañana, todas dispuestas ordenadamente en posiciones de estrés con sacos de arena en la cabeza. Imagen lamentable. Estuvieron todo el día al sol, algunas triplemente encapuchadas. Pobres desgraciadxs’”.
“Recuerdo que me dijeron que algunxs de lxs detenidxs habían sido encapuchadxs con triple bolsa por unx de lxs soldadxs que lxs custodiaba… Recuerdo que me dijeron que las bolsas de arena se usaban como una forma de disciplina, así que si la persona detenida se portaba mal o no seguía las instrucciones, le ponían otro saco, y así aprendían rápido a portarse bien”.
Agregó: “Creo que escribí ‘pobres desgraciadxs’ porque recuerdo lo caluroso que estaba ese día, y lo incómodo que debía ser para ellxs estar ahí afuera con ese calor, pero no creo haber mencionado esto ni haberlo comentado con alguien».
Una vez más, ni el testimonio de Brown ni las fotografías que tomó derivaron en procesos judiciales.
Conducta ilícita
Nicholas Mercer, quien fue asesor jurídico jefe del Ejército británico en Irak en 2003, declaró que las posiciones de estrés constituyen “violencia contra la persona detenida”, lo que viola los Convenios de Ginebra.
Asimismo, el juez George Leggatt dictaminó en el Tribunal Superior de Justicia de Inglaterra y Gales en 2017, que el encapuchamiento constituye siempre un trato degradante ilegal en todas las circunstancias.
La Corte Penal Internacional ha declarado que cuando el encapuchamiento se realiza en condiciones que dificultan la respiración, equivale necesariamente a un crimen de guerra de tortura/trato cruel.
A pesar de la naturaleza abusiva e ilegal de estas técnicas, el comité conjunto de derechos humanos del Parlamento británico señaló que tanto el encapuchamiento como las posiciones de estrés estaban autorizadas por los niveles superiores dentro del Queen’s Lancashire Regiment en Irak.
«Estamos profundamente preocucupados que en este caso se haya aceptado de forma generalizada que el uso de encapuchamiento y posiciones de estrés sobre personas detenidas por parte del Queen’s Lancashire Regiment había sido sancionado por el Cuartel General de la Brigada, incluyendo al Oficial Jurídico, Mayor Clifton”.
Un soldado fue condenado por trato inhumano en el caso de Mousa y sentenciado a un año de prisión. Fue absuelto del cargo de homicidio preterintencional.
La investigación posterior determinó que muchxs otros soldadxs habían perpetrado directamente abusos contra Mousa y sus compañerxs de detención, y que muchxs estaban al tanto de los abusos y que no hicieron nada para detenerlos. Ninguno de esxs soldadxs ha sido procesadx.
*Irfan Chowdhury es escritor independiente y estudiante de doctorado en la Universidad de Brighton. Su tesis doctoral se titula: «¿Qué tan sistemáticos fueron los crímenes de guerra del Ejército británico en Irak entre 2003 y 2009? Una investigación sobre los abusos cometidos por Gran Bretaña contra menores de edad iraquíes». Ha publicado artículos en Bella Caledonia, Iraq Now, Mondoweiss, Roar News, Peace News, Hastings In Focus, Interfere Journal y en la página web de Norman Finkelstein.
*Artículo originalmente publicado en Wire

