Agrupaciones de todo Chile, y el extranjero, denuncian que la agenda del ultraderechista busca profundizar el modelo neoliberal.
El miércoles 3 de diciembre, 160 organizaciones de Derechos Humanos a lo largo de Chile y el mundo, hicieron pública su preocupación por la posible elección de José Antonio Kast en la segunda vuelta del próximo domingo 14, por lo que realizaron su pronunciamiento con una lectura en la Plaza de Constitución, frente a La Moneda.
En el comunicado emitido por las organizaciones, critican especialmente las propuestas económicas del candidato, señalando que estas buscan «profundizar el modelo neoliberal» que se impuso durante la Dictadura. Agregaron que esta agenda es la responsable de la desigualdad en Chile y de que sea una minoría en la sociedad la que concentra la riqueza.
Los firmantes argumentan que esta concentración de capital impide que la mayoría de la población pueda acceder a Derechos Humanos esenciales, incluyendo la salud, la educación y la seguridad social, temas que la agenda del candidato pondría en riesgo. Entre las medidas que causan preocupación están la eliminación de la indemnización por años de servicios y la revisión del sueldo mínimo, así como la propuesta de subir la edad para alcanzar la jubilación —75 años para hombres y 70 para mujeres—, medidas que permiten sobrevivir a cientos de familias.
Otra alarma es el recorte de 6.500 millones de dólares que el candidato anunció para el presupuesto estatal. Las organizaciones advierten que esta rebaja significaría eliminar programas sociales que hoy permiten subsistir a millones de familias, ya que el presidencial no ha podido explicar directamente cómo llevará a cabo tal propuesta. Este recorte pone en peligro conquistas sociales como la Pensión Garantizada Universal —PGU— y la posible no condonación del Crédito con Aval del Estado —CAE—, por lo que la crítica se dirige a los intereses de los más ricos a costa de los derechos de la mayoría.
En conversación con El Ciudadano, la presidenta de la Comisión de Ética Contra la Tortura —una de las agrupaciones firmantes—, Juana Aguilera, afirmó lo importante que fue hacer la lectura de la declaración pública frente al monumento de Salvador Allende en la Plaza de la Constitución, recordando el último discurso del expresidente: “Reafirmamos con ello que somos nosotros mismos los que tenemos el mandato de frenar a este neofascismo, a construir un mañana, a sentar nuestra soberanía y autodeterminación como pueblos que aquí habitamos, sin delegarla”, comentó.
Sobre el rol del Estado, en la declaración las organizaciones afirmaron que: «La defensa y la protección de derechos humanos, es tarea existencial de los pueblos, la que deben cumplir y civilizar los Estados», concluyendo que se opondrán firmemente al retroceso civilizatorio que significaría un Gobierno de José Kast.
Mira la lectura de la declaración:

