El Ministerio de Defensa de la Federación de Rusia elevó este miércoles la gravedad de sus acusaciones contra Ucrania, presentando pruebas sobre el intento de ataque en contra una de las residencias oficiales del presidente Vladímir Putin. En una rueda de prensa de alta tensión, las autoridades militares desplegaron mapas y cifras detalladas para sustentar su narrativa.
El mayor general Alexánder Romanénkov, jefe de las tropas antiaéreas de las Fuerzas Aeroespaciales Rusas (VKS), fue el encargado de desglosar el operativo que, según Moscú, el «régimen de Kiev» intentó ejecutar en la noche del 28 al 29 de diciembre contra la residencia presidencial «Dólguiye Borody» (conocida como Valdai o Uzhín), ubicada en la provincia de Nóvgorod.
En una rueda de prensa, Romanénkov confirmó y amplió la información que el lunes había adelantado el ministro de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov y señaló que el régimen de Kiev intentó llevar a cabo un ataque terrorista masivo con vehículos aéreos no tripulados de largo alcance.
Con ayuda de material gráfico, el alto mando militar ruso, expuso que las unidades radiotécnicas de las VKS detectaron el despegue de drones de tipo avión desde los territorios de las provincias ucranianas de Sumy y Chernígov, los cuales se encontraban operando a altitudes extremadamente bajas.
Señaló que los drones atacaron «por varias direcciones», sobrevolando los territorios de las provincias rusas de Briansk, Smolensk, Tver y, finalmente, Nóvgorod. El objetivo final convergía en la zona de la residencia presidencial de Putin.
Romanénkov precisó que Kiev empleó un total de 91 drones y que la defensa antiaérea rusa destruyó 41 drones en la provincia de Nóvgorod (la más cercana al objetivo) y 49 drones en la provincia de Briansk (fronteriza con Ucrania).

Según el jefe de las Fuerzas Antiaéreas rusas, «la estructura del ataque, el número de medios de ataque aéreo utilizados y sus acciones desde el sur, suroeste y oeste directamente hacia la zona de la residencia del presidente de Rusia en la provincia de Nóvgorod confirman sin lugar a dudas que el ataque terrorista del régimen de Kiev fue deliberado, cuidadosamente planificado y escalonado», consignó RT.
Aseguró que, «como resultado de la repulsión del ataque, no se registraron víctimas ni daños en la zona, así como no se han producido daños en la residencia presidencial», que está situada a 20 kilómetros de la ciudad de Valdai, en un entorno natural de lagos y bosques y forma parte del conjunto de instalaciones a disposición del mandatario ruso, que incluyen el Kremlin, Novo-Ogariovo (Moscú), Bocharov Ruchéi (Sochi) y el Palacio Konstantínovski (San Petersburgo). Su uso suele asociarse a reuniones de trabajo en un entorno discreto.
Asimismo, Romanénkov elogió la respuesta de sus tropas destacando que «las unidades de combate de los sistemas de misiles antiaéreos, los medios de control de la situación aérea de las tropas radiotécnicas, los grupos de fuego móviles y los medios de guerra electrónica actuaron de forma coordinada, profesional y eficaz, cumpliendo con éxito su misión de combate».
Moscú advierte que ataque a residencia oficial de Putin no quedará sin respuesta
Cabe señalar que el canciller ruso Serguéi Lavrov advirtió que «acciones imprudentes como esta no quedarán sin respuesta».
«Los objetivos de los ataques de respuesta y el momento en que serán lanzados por las Fuerzas Armadas de Rusia ya han sido determinados», señaló.
“Nuestras Fuerzas Armadas saben cómo, con qué y cuándo responder”, afirmó en la misma línea el portavoz presidencial, Dmitri Peskov, Peskov, dejando claro que se planean represalias militares. “Las consecuencias diplomáticas de estas acciones del régimen endurecerán la posición negociadora de la Federación de Rusia”, añadió.
Peskov enmarcó el ataque como una provocación calculada para desestabilizar los diálogos con Ucrania para alcanzar el cese del conflicto
. “De hecho, este acto terrorista tiene como objetivo perturbar el proceso de negociación. No solo está dirigido contra el presidente Putin personalmente”, dijo, y para sustentarlo recordó el discurso navideño del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, en el cual habría incluido palabras deseándole la muerte a Putin.
El portavoz argumentó que el ataque también estaba dirigido contra el presidente estadounidense, Donald Trump, debido a que “tiene el objetivo de perturbar sus esfuerzos por facilitar una resolución pacífica del conflicto ucraniano, un conflicto tan complejo”.
No obstante, aseguró que tanto Trump como Putin «mantienen la confianza en el diálogo y lo continúan»
«Tales provocaciones, tales actos de terrorismo de Estado, son incapaces de socavar este nivel de diálogo de confianza entre ambos presidentes», subrayó, dejando en claro que Rusia no se retira del proceso de negociaciones y seguirá adelante con el diálogo y en especial con Washington.
“Bofetada” a Trump
El asesor presidencial Yuri Ushakov reveló que Putin informó personalmente a Trump del incidente, el cual ocurrió “inmediatamente después de la ronda de conversaciones en Mar-a-Lago” y destacó que la reacción del mandatario estadounidense fue de “atónito e indignado”.
«Por nuestra parte, se ha dicho claramente que tales actos terroristas imprudentes no quedarán sin consecuencias y recibirán una respuesta muy seria», afirmó Ushakov, en declaraciones recogidas por RT.
La portavoz de la Cancillería, María Zajárova, fue aún más contundente en su condena. “Es en este preciso momento, cuando se están discutiendo puntos, cuando se están discutiendo planes, cuando se están buscando palabras, que esta chusma, perdón, sanguinaria, rabiosa y terrorista se dedica a socavar los esfuerzos de paz”, declaró, calificando el siniestro como una “bofetada” a Trump.
Condena internacional
El propio Donald Trump ya se refirió al incidente, calificando las acciones atribuidas a Kiev como “una pena” y planteó que siente alivio de que su administración, «gracias a Dios», no haya proporcionado a Kiev misiles de largo alcance Tomahawko».
RT reportó que Jefes de Estado y de Gobierno de varios países, como Irán, Emiratos Árabes Unidos, Bielorrusia, Nicaragua, la India y Pakistán, entre otros, han condenado el intento de ataque de Kive contra la residencia del líder ruso, mientras que el exconsejero de seguridad nacional de Estados Unidos Michael Flynn advirtió sobre una posible implicación de países europeos en este acto.

