Si visualizo las relaciones, me imagino un péndulo que va de un extremo a otro muy lentamente. Por un lado tenemos los momentos increíbles y por otro los no tan afortunados. Está en constante movimiento y pocas veces (o casi nunca logramos detenerlo en el medio.
Así son la mayoría de las cosas; van y vienen, a veces bien y a veces no tanto. En el tema de la pareja, siempre vamos a preferir el extremo en donde todo fluye increíble, la sincronía es maravillosa y los dos se entienden. Esa rachita es buena, pero nunca permanente.
La realidad es que no sabemos lidiar con el lado oscuro de las relaciones, y para los que creen que el amor ni siquiera debería tener lados oscuros, déjenme decirles que es completamente normal y necesario. Lo que no es normal es que por nuestra falta de madurez y tolerancia queramos aventar la toalla a la primera discusión, o a la segunda o a la tercera.
Si él es la persona con la que sigues prefiriendo estar todos los días, más vale que te pongas en paz y te hagas la siguiente lista de preguntas. Trata de responderlas de la manera más objetiva posible y cuando te sientas en calma.
- ¿Cómo se conocieron? Revive el momento del encuentro y ve si todavía te emociona.
- ¿Qué fue lo primero que te atrajo de él?
- ¿Qué hicieron en su primera cita?
- ¿Cuándo supieron que entre los dos había algo especial? Generalmente esto te transporta a un momento específico; una cita, un lugar, una palabra, algo que te prendió el foco.
- ¿Qué te hizo pensar que él era especial? Definitivamente él tiene algo único que lo hace diferente a los otros chicos que has conocido.
- ¿Qué piensan sus amigos de la relación?
- ¿Qué piensan sus familias de la relación? Aunque no lo creas, esto inflye mucho en las decisiones que tomamos respecto a nuestra pareja.
- ¿Han afrontado obstáculos para estar juntos? ¿Los han superado?
- ¿Por qué deciden estar comprometidos en una relación? Esta es de las respuestas más reveladoras.
- ¿Cómo lograban comunicarse tranquilamente?
- ¿Qué cosas disfrutaban hacer juntos?
- ¿Cómo le hacías saber que te preocupabas por él y lo amabas?
- ¿Cómo se ayudan a ser mejores personas?
- ¿Cuáles consideraste siempre los puntos fuertes de la relación?
- ¿Superaste o sanaste alguna herida con esta relación?
- ¿En qué momento te sentiste más conectada con él?
La verdadera fortaleza de una pareja se descubre cuando se pone a prueba su capacidad de resolver conflictos y llegar a acuerdos. Vale la pena regresar al origen para empezar a ordenar las cosas y poner por delante lo que realmente vale la pena.
No se trata de forzar las cosas. Al final, si vas a desistir, que sea con la seguridad de que evaluaste todos los puntos necesarios y objetivos.