Algunos dicen que no hay nada más grande que el amor entre dos personas, y hay otros que dicen que no hay nada más poderoso que la fuerza de la palabra. Que cuando hablamos tenemos la capacidad de dañar; de lastimar a alguien y de formar ríos que se unen a otros tantos que hemos provocado para formar océanos. Pero también tenemos la capacidad de secar ríos; de alegrar ojos tristes, quitarles lo salado y endulzarlos nuevamente.
Según Platón, la palabra es fundamental para el desarrollo del ser humano en el mundo sensorial porque es la que permite que exista una buena comunicación. A través de la palabra nos conocemos, sabemos qué hay a nuestro alrededor y transmitimos conocimiento. De acuerdo con el filósofo, la entidad más pura e innata del ser humano, el alma, percibe la palabra: algo único en el mundo.
Si no fuera por la palabra, careceríamos de historia. No conoceríamos nuestros antepasados; ignoraríamos los momentos más dolorosos de la historia, pero también los más bellos y alegres. Es la palabra la que nos distingue del resto de los seres vivientes. La que da testimonio de los logros de la humanidad y del paso del tiempo. Pero es también la que transmite emociones y la que comunica lo que nuestro corazón siente.
En un mundo tan amplio en el que conviven más de 7 mil millones de personas y se hablan entre 3 mil y 5 mil lenguas, muchas de ellas en peligro de desaparecer por el número reducido de personas que las hablan, saber comunicarse es fundamental.
Nuestro cuerpo habla por sí solo, pues el lenguaje corporal nos da señas de que hay algo que nos emociona o nos hace sentir tristes. Curveamos los labios, los mordemos, cerramos las manos, tomamos las de alguien, bajamos la mirada o la desviamos. Y a veces decidimos pronunciar una frase que tiene gran fuerza.
A pesar de hablarse en distintas partes del mundo por personas que tienen entre sí una gran variedad de costumbres y tradiciones, hay ciertas muestras de afecto que están presentes en todas las lenguas. No importa cómo se diga o cuántas palabras se requieren para formar la frase que hace latir más rápido a los corazones, lo que importa es que en cada idioma hay una combinación de palabras que tiene la capacidad de transformar la vida de alguien: te amo.