Saltar desde un acantilado relativamente seguro, sin duda alguna representa cierta emoción, especialmente si hay amigos cerca que pueden echarte una mano si las cosas salen mal. Lo que es incomprensible es que alguien salte desde un acantilado muy peligroso completamente solo (claro, a menos que sea un suicida). ¿Quién lo habría sacado del agua si hubiera tenido la mala fortuna de quedar herido?
Ciertamente, el ángel que cuida a este sujeto debe ser enorme.
Vía: Marcianos