Otro punto pendiente en la agenda de Michelle Bachelet

Iniciativa Popular aún no es promulgada pese al apoyo parlamentario y de la ciudadanía

Distintos actores políticos han querido hacer ley una de las principales peticiones ciudadanas emanadas de los encuentros locales y cabildos del proceso constituyente. Sin embargo, el mecanismo que entrega el poder al pueblo para proponer leyes se encuentra detenido, sin razón aparente, 'durmiendo el sueño de los justos', como se diría en la jerga de los legisladores.

Por Gabriel Muñoz

08/08/2017

Publicado en

Chile / Política / Portada

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Diez años han pasado desde que el entonces diputado Francisco Chahúan (RN) propuso empoderar a la ciudadanía mediante la Iniciativa Popular Legislativa (IPL). El 13 de abril de 2016, dos sectores- Amplitud y la Democracia Cristiana- presentaron una reforma al artículo Nº 62 de la Constitución para contemplar la iniciativa ciudadana de ley. Un año antes, Guillermo Ceroni (PPD), Giorgio Jackson (RD), René Saffirio (IND) y Leonardo Soto (PS) ingresaron un oficio para generar una “reforma constitucional que estableciera la iniciativa ciudadana en la formación de la ley”. Sin embargo, ninguna de ellas ha llegado a buen puerto. Y nadie sabe porqué.

“Existe una desconexión entre la discusión ciudadana y la del Parlamento. La Presidenta de la República se comprometió a ponerle urgencia legislativa pero ello no ocurrió nunca. Lamentablemente, no ha habido voluntad del Gobierno de ponerle urgencia a un proyecto para que los ciudadanos sean escuchados”, denunció el hoy senador Francisco Chahuán.

Perfeccionar la democracia

El apoyo transversal parlamentario a la iniciativa se debe a que ésta es utilizada en una gran cantidad de países, tales como Alemania, Argentina, Colombia y España. Acomodándola a nuestra realidad, la también denominada ‘Iniciativa Popular de Ley’ permite a ciudadanos ingresar proyectos de ley, a fin de que sean discutidos dentro del Congresos o, derechamente, refrendados.

A juicio de los legisladores patrocinantes de las distintas alternativas que han surgido para alentar esta iniciativa, el fomentar una mayor participación de las y los ciudadanos, permitiendo un rol cada vez más protagónico, no deja de lado la democracia representativa – más bien la potencia- por lo que no existe consenso en torno a las razones del estancamiento de un aspecto clave. “Para algunos, estas iniciativas sólo deberían estar radicadas en estos espacios y nosotros estamos convencidos que mientras más cercana la discusión a los temas e inquietudes de la ciudadanía, también las leyes se van a hacer mucho más necesarias”, señaló la diputada Yasna Provoste (DC), quien junto a sus correlegionarios Juan Morano, Fuad Chahín, Aldo Cornejo, Iván Flores, Iván Fuentes, Roberto León, René Saffirio, además de Raúl Saldívar y Fidel Espinoza (PS) presentaron una propuesta de reforma para que las leyes también puedan tener origen en las y los ciudadanos.

Complementando el análisis, el diputado Guillermo Ceroni (PPD) plantea que al avance de la propuesta “se detuvo, en primer lugar, por las urgencias que pone el Gobierno. Se supone que vamos camino a una reforma constitucional y en ella deberíamos incorporar este tema de la iniciativa legal de la ciudadanía. Si bien no puede ser un número reducido de personas que presente, sea como sea es un compromiso de la gente por la política, por las instituciones y para recobrar el prestigio y confianza hacia la labor legislativa.

“Es lamentable que esté estancada, a pesar de que tuvo un tremendo apoyo de la ciudadanía. Presentamos este proyecto con el propósito que sean los propios ciudadanos quienes puedan presentar iniciativas legislativas mediante un número de firmas correspondientes al padrón electoral de las comunidades, con el objeto de hacer obligatorio para el Parlamento la revisión y tramitación de lo que surja desde la propia ciudadanía. Creemos que el esfuerzo en materia de legislación no puede ser sólo un requisito que cumpla el Gobierno o el Parlamento. Tenemos que abrirnos y garantizar que un conjunto de iniciativas ciudadanas se puedan discutir”, consignó la diputada Provoste.

Distintos enfoques

Si bien existen distintas miradas en todas las propuestas, todas son parte de un proceso más profundo, que implica cambiar el sistema político. En su momento, el entonces diputado Pedro Araya afirmó que, de lograrse la iniciativa, “iba a tener una difícil aplicación práctica, dados los requisitos que se propondrían para su operación”. Por su parte, el diputado Cristián Monckeberg afirmó que “no va a generar grandes cambios ni gran participación ciudadana. Creo que va a generar más frustraciones que buenos resultados, porque una vez presentada la iniciativa de ley, ésta puede vegetar eternamente en el Congreso a la espera de que sea aprobada por los legisladores”.

No obstante, hay quienes defienden a ultranza el cambio. El diputado Giorgio Jackson (RD) pretende hacer un hito de lanzamiento próximamente sobre iniciativas como ésta, para mejorar la democracia. Por su parte, el senador Chahuán quiere además “pasar de un sistema presidencialista a uno semi presidencial, con mayor equilibrio entre el Ejecutivo y el Legislativo, de forma de lograr un mayor control ciudadano a la actividad pública”. Para ello, el senador de ‘Chile Vamos’ afirmó que son necesarios “los plebiscitos vinculantes, el límite a la reelección parlamentaria y la iniciativa popular de ley, antes que se vaya este Gobierno. Yo pido que les coloquen urgencia, respondiendo a una inquietud ciudadana”.

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