La Cumbre de los Pueblos en Bruselas pide que se respete la democracia y la autodeterminación

La Cumbre de los Pueblos fue organizada por una amplia coalición de más de 100 organizaciones, colectivos, sindicatos, partidos políticos y movimientos

Por Marian Martinez

21/07/2023

Publicado en

Actualidad / Latinoamérica / Mundo

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Cumbre-pueblos

Por Zoe Alexandra para Peoples Dispatch

Sin soberanía y sin respeto mutuo es imposible el diálogo entre regiones. A lo largo de días de debate y trabajo en la Cumbre de los Pueblos celebrada en paralelo a la III Cumbre CELAC-UE, activistas sindicales, líderes comunitarios, dirigentes políticos de izquierda, artistas y estudiantes de toda América Latina y el Caribe y Europa ratificaron la importancia de los espacios de debate democrático y plural entre iguales. Ambas cumbres se celebraron simultáneamente en la capital belga, Bruselas, los días 17 y 18 de julio, tras una pausa de ocho años.

La Cumbre de los Pueblos, celebrada en la Universidad Libre de Bruselas, fue organizada por una amplia coalición de más de 100 organizaciones, colectivos, sindicatos, partidos políticos y movimientos. Entre los organizadores se encontraban ALBA Movimientos, INTAL, CELAC Social, IPA, Jornada Continental por la Democracia contra el Neoliberalismo, la Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad (REDH) y el Partido de la Izquierda Europea.

Más de 1.000 personas participaron en la Cumbre de los Pueblos y hubo delegaciones presentes de países de las dos regiones, como Cuba, Brasil, Venezuela, Perú, Colombia, Honduras, Bolivia, México, Haití, Argentina, Puerto Rico, Ecuador, Chile, Bélgica, Alemania, Grecia, Italia y Holanda.

Durante los dos días de la Cumbre se celebraron mesas redondas sobre temas de América Latina como zona de paz, fortalecimiento del movimiento de solidaridad con Cuba y contra el bloqueo, transición ecológica, descolonización y despatriarcalización, migración y exilio, las nuevas formas de guerra sucia, etc.

La noche del 17 de julio, más de 1.000 personas se reunieron en el Auditorio Nelson Mandela en el Festival de Solidaridad Cultural entre los Pueblos de América Latina, el Caribe y Europa para celebrar la música y la danza latinoamericanas y escuchar a los invitados especiales, el Presidente cubano Miguel Díaz-Canel, el Presidente colombiano Gustavo Petro, el Presidente boliviano Luis Arce, la Vicepresidenta venezolana Delcy Rodríguez, el líder de La France Insoumise Jean-Luc Mélenchon, el Presidente del Partido de los Trabajadores de Bélgica (PTB) Raoul Hedebouw, entre otros.

Los líderes políticos rechazaron la relación histórica entre Europa y América Latina caracterizada por el colonialismo, la explotación de los recursos de América Latina, la dominación, el racismo y la exclusión. Afirmaron que tanto la cumbre CELAC-UE como la Cumbre de los Pueblos son oportunidades clave para redefinir esta relación, aunque con sus respectivos empujones y tirones.

Los líderes latinoamericanos insistieron en la necesidad de construir relaciones basadas en el respeto igualitario, la autonomía y la soberanía, en medio de los intentos de socavarlas y presionarlas por parte de los líderes europeos. Por su parte, los líderes de la izquierda europea, Mélenchon y Hedebouw, rechazaron la actitud colonial de la UE y afirmaron que Europa, amenazada por el auge de la ultraderecha y el fascismo, debe aprender del ejemplo latinoamericano de construir movimientos populares progresistas con capacidad de vencer.

La ceremonia de clausura de la Cumbre de los Pueblos se celebró en el Parlamento Europeo con la presencia de parlamentarios europeos y líderes latinoamericanos. La declaración final de la Cumbre de los Pueblos fue presentada allí por la Secretaria General del Foro de São Paulo, Mónica Valente, y José Luis Centella, del Partido Comunista de España.

En la declaración final, las organizaciones se comprometieron a intensificar la lucha contra todas las medidas coercitivas unilaterales impuestas por el gobierno de EEUU y la UE contra los países de América Latina y el Caribe. Declararon su apoyo a la lucha contra el patriarcado en ambas regiones y se comprometieron a redoblar los esfuerzos para combatir la catástrofe climática y la devastación ambiental, promover relaciones económicas equitativas y justas entre las regiones, sin deuda colonial ni neoliberalismo, y defender la soberanía, la dignidad y la independencia de todas las naciones.

El texto dice: “observamos con interés el avance de las fuerzas que defendemos un nuevo orden internacional multipolar y multicéntrico, que anuncia el advenimiento progresivo de una arquitectura mundial, basada en la solidaridad y la cooperación entre países soberanos, de esta manera vemos con optimismo y simpatía, la nueva ola progresista que se abre paso en América Latina y el Caribe. Saludamos sus luchas heroicas en defensa de la soberanía, el bienestar social y la democracia participativa, con el objetivo de mejorar las condiciones de vida y de existencia de los pueblos, promoviendo una unidad y una la integración regional solidaria, reactivando con más fuerza a CELAC y UNASUR.”

En la ceremonia de clausura, el Presidente de Colombia, Gustavo Petro, reflexionó sobre la imperiosa necesidad de unirnos como pueblos del mundo en defensa de la vida en el planeta frente al capital privado depredador. Declaró: “Va a haber un espectro multicolor luchando por la vida y aferrada a la vida. Y el papel nuestro es darles luz a esas explosiones sociales, políticas y humanas, y articularlas de tal manera que sea la vida la que supere el capital, y no el capital superando la vida, hundiéndose él mismo”.

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