Leyenda de la música brasileña Astrud Gilberto muere a los 83 años

En horas de la mañana de este martes, se dio a conocer la noticia sobre el fallecimiento a la edad de 83 años de Astrud Evangelina Weinert, mejor conocida como Astrud Gilberto, cantante de bossa nova, samba, jazz, y pintora brasileña.

La información fue confirmada por su nieta Sofía, a través de un comunicado publicado en su cuenta en Instagram, en el que detalló que el deceso de la leyenda de música brasileña se produjo en la noche del lunes 5 de junio.

“Mi abuela Astrud Gilberto me hizo una canción, se llama ‘Beautiful Sofia’. De hecho, ella quería que mi nombre fuera ‘la hermosa Sofía’. La vida es bella, como dice la canción, pero vengo a traer la triste noticia de que mi abuela se convirtió hoy en una estrella y está al lado de mi abuelo João Gilberto. Astrud fue la verdadera chica que llevó la bossa nova de Ipanema al mundo. Ella fue la pionera y la mejor. A los 22 años puso voz a la versión en inglés de ‘Garota de Ipanema’ y ganó fama internacional. La canción, un himno de la bossa nova, se convirtió en la segunda más interpretada del mundo gracias principalmente a él. Astrud desde siempre y ella fue el rostro y la voz de la bossa nova en la mayor parte del planeta. Astrud siempre estará en nuestros corazones, y ahora mismo tenemos que celebrarla”, escribió.

Astrud deja este plano el mismo año que sus colegas Rita Lee y Gal Costa, y cuatro años después de Joâo Gilberto, el compositor con el que se casó y del que tomó su apellido. Entre los cuatro se podría narrar la historia de la música popular brasileña.

Fue la mujer que puso voz a Garota de Ipanema, la composición de Vinícius de Moraes y Antônio Carlos Jobim; fue el timbre y la imagen de la edad de oro de la cultura brasileña. Se convirtió en estrella por casualidad, cuando su esposo y el saxofonista Stan Getz exploraban en la fusión entre la canción popular brasileña y el cool jazz, y necesitaron que alguien cantara unos versos.

Después del éxito colosal de Garota de Ipanema, su carrera se dirigió hacia el jazz. Grabó con un disco con Stan Getz antes de emanciparse del todo y otro con Gil Evans. Y dejó un título que parece decirlo todo: A Certain Smile, A Certain Sadness. Cierta sonrisa, cierta tristeza, reseña El Mundo.

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