Veterinario deja cojo a un perro y un tribunal lo obliga a compensar a su dueña

El médico debe pagar 4.500 euros por la mala praxis

Por Félix Eduardo Gutiérrez

27/06/2019

Publicado en

Animales / Sociedad / Trabajo

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«El animal es parte de la familia», sentenció el Tribunal de Génova


El Tribunal de Apelación de Génova, Italia, confirmó una sentencia de primera instancia de 2016, que había condenado a un médico veterinario a compensar con 4.500  euros a la dueña de un perro que empeoró su cojera después de una cirugía.

“La protección del perro es uno de los derechos inviolables de la persona defendida por la Constitución. El valor de un perro colocado en una familia es alto y crece con el tiempo, independientemente del dinero gastado por el dueño al momento de la compra”, señala la sentencia del Tribunal reseñado por La Repubblica It.

El protagonista de la historia es «Yuma», un cachorro similar a un pastor alemán adoptado en 2011 en una perrera de Cerdeña por una mujer de Zoagli. 

Cuando la dueña se dio cuenta que el animal cojeaba decidió someterlo a una operación para mejorar su condición, pero tras la intervención quirúrgica,  en lugar de mejorar empeoró y quedó más cojo que al principio.

En primera instancia, el Tribunal de Génova le dio motivos a la dueña y condenó al veterinario a compensar no solo los gastos en que incurrió el propietario por la operación fallida (varios miles de euros), sino también el dolor que sufrió: 4.500 euros.  Foto: La Repubblica It.

En 2013 la dama inició la demanda civil contra el veterinario. La tesis de la abogada defensora, Mariagrazia Rossi, una abogada genovesa apasionada por la mala práctica médica veterinaria, puede parecer una apuesta: un perrito que se hizo cojo por la cirugía empeora la vida del dueño, que nunca puede hacer los paseos con los que soñaba.

En primera instancia, el Tribunal de Génova le dio motivos a la dueña y condenó al veterinario a compensar no solo los gastos en que incurrió el propietario por la operación fallida (varios miles de euros), sino también el dolor que sufrió: 4.500 euros. 

El veterinario se opuso, pero el Tribunal de Apelación de Génova confirmó, y ​​extendió la sentencia del Tribunal, especificando que el valor del perro «puede ser casi cero en el momento de la compra, como en el caso considerado», pero «normalmente crece en el caso de los animales con el tiempo, debido al vínculo afectivo y relacional que se establece». 

La abogada Mariagrazia Rossi exaltó que este «es otro paso hacia el reconocimiento de los animales de compañía como seres sensibles».

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