A solo 17 días de haber realizado su concierto de despedida ante miles de personas, el martes 22 de julio de 2025 falleció el icónico y excéntrico vocalista del grupo de rock Black Sabbath, Ozzy Osbourne, a la edad de 76 años.
El cantante, considerado como el «padre del heavy metal», se encontraba aquejado por varias dolencias de salud, lo que lo motivó precisamente a realizar un recital para «despedirse en persona» como comentó en la previa del show, realizado el 5 de julio pasado.
«Con una tristeza indescriptible, informamos del fallecimiento de nuestro querido Ozzy Osbourne esta mañana. Estaba con su familia y rodeado de mucho cariño. Pedimos a todos que respeten la privacidad de nuestra familia en este momento. Sharon, Jack, Kelly, Aimee y Louis», fue el mensaje que apareció en las redes sociales del músico este martes.
Ganador de 4 premios Grammy, Ozzy Osbourne grabó 9 discos de estudio con Black Sabbath, y otros 13 como solista. Realizó un sinnúmero de colaboraciones con distintos artistas y también algunas apariciones cinematográficas, incluyendo una película de Adam Sandler donde en tono de comedia, se hizo eco de su recordado episodio del murciélago.
Recordemos que el 20 de enero de 1982, en un concierto en Des Moines, Iowa, en Estados Unidos, desde el público le arrojaron a Ozzy un murciélago que parecía ya muerto. El cantante, acostumbrado a que la gente le lanzara cosas, y pensando que era un juguete de goma, lo mordió con ganas, arrancándole la cabeza.
Años después, recordó: «Lo puse en mi boca, mordí y sentí la sangre», mencionando también que como los murciélagos son los mayores portadores de rabia en el mundo, lo tuvieron que llevar al hospital donde le «dieron inyecciones en cada nalga durante varias noches seguidas», confesó.
En ese momento el cantante se convirtió, para los grupos religiosos y conservadores de todo el mundo, en la encarnación misma de Satanás, título que pronto se hizo extensivo a toda la música «heavy metal» y sus seguidores, iniciando así un verdadero culto a su figura y, naturalmente, a su generosa y potente obra musical.

A partir de entonces, el episodio del murciélago lo persiguió para siempre y se reforzó luego con otra leyenda que posteriormente la confirmó el mismo Ozzy: lo había hecho antes con dos palomas, para -según él- molestar a la ejecutiva de una discográfica que lo había recriminado por no parar de beber en una reunión. Por esta confesión también se ganó el odio y el repudio de cientos de grupos animalistas.
Con todo, y a pesar de manifestarse arrepentido en más de una ocasión, el cantante igual le sacó partido a la situación, por ejemplo, vendiendo peluches de murciélagos «decapitables» y parodiando el momento en la mencionada película Little Nicky de Adam Sandler.
Mira algunas reacciones que dejó la partida de Ozzy Osbourne:
El Ciudadano