Mirame que me gusta

Obsesionada consigo misma

Caos, sexualidad libre y borderline: todo define a Tracey Emin como una artista explosiva que va al choque, que le importa el desconcierto y se muestra sin pudor en carne viva, proponiendo algo que difiere de aquel arte de lienzo, óleo y pincel en mano. Está claro que si son amantes de el arte de antaño tal vez no les interese Emin, pero porqué no curiosear un poco sobre la obra de este ser inédito.

Por Lucio V. Pinedo

08/04/2016

Publicado en

Artes / Artes Visuales / Cultura

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Rebelde y nada sencilla, Tracey Emin es una artista perteneciente a los llamados Young British Artists (Jóvenes artistas británicos). En su generación, se incluyen nombres como el de Damien Hirts, Sarah Lucas, entre otros artistas que surgieron en los años noventa.

Emin no pasa desapercibida en el mundillo del arte / polémica. Nació en los locos años sesenta, para ser mas exactos, en 1963, en Reino Unido. Tracey utiliza la pintura, escultura y —lo más significativo e interesante en su trabajo— la instalación como forma de arte, muy provocador por cierto.

En sus obras, Emin juega mucho con la sexualidad. Un ejemplo de ello es «Everyone I Have Ever Slept With 1963-1995». Montó una en una galería en la que se pueden leer nombres de todos sus amantes a lo largo de su vida como también otras historias como los dos abortos que sufrió.

Otra obra significativa en el historial de Emin es la llamada «My bed», donde se puede observar la cama de Tracey instalada en el centro de una galería. Lo polémico de esto es lo que se puede ver: condones usados, basura, manchas de sangre en las sábanas, entre otras locuras de unos días depresivos y agitados de la extrema Emin.