Entrevista

Ángela Neira Muñoz: «En Chile no existen políticas públicas culturales»

Tuvimos la oportunidad de conversar con la escritora e investigadora, Ángela Neira Muñoz -quien en conjunto con la socióloga y música, Ángela Rivera Martínez- dirigen el espacio de reflexión "Mujeres de Puño y Letra", que se puede entender como acciones literarias que promueven y muestran el trabajo y los procesos escriturales de diferentes escritoras.

Por Carlos Montes

30/06/2016

Publicado en

Artes / Género / Literatura

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  1. ¿Dónde crees que nace la necesidad de desarrollar este ciclo llamado Mujeres de Puño y Letra?

Nace de la necesidad urgente de construir un espacio abierto, diverso y político de gestión literaria-cultural para dar a conocer los procesos escriturales de diversas autoras. Este proyecto lo llevo a cabo con Angela Rivera Martínez, y agrupa nuestras inquietudes respecto a la literatura y arte producida por mujeres. Nos interesa visibilizar los procesos de escritura que llevan a cabo las mujeres. En cada ciclo les pedimos que nos cuenten sobre sus reflexiones, historias de vida, saberes, críticas y actuancias relacionadas a su labor escritural.

Quisimos hacer un cambio; proponer otra forma para socializar el gusto por la lectura y la presentación de obras, pues ambas coincidimos en lo aburrido y egocentrado del “evento lectura poética”. Los tradicionales ciclos de poesía y literatura, que han sido liderado por hombres o por curatorías masculinizantes, se destacan por la falta de contexto, el nulo diálogo reflexivo y en presentar la obra literaria como un objeto cristalizado y de contemplación para unos privilegiados eruditos (hombres, académicos, poetas, poetas, poetas, ¡sic!).

En síntesis, con “Mujeres de Puño y Letra”, nos hacemos cargo de mostrar el doble silenciamiento (mujer y artista), la borradura de los procesos creativos y pensantes de las escritoras como sujetos políticos. Entonces, nos concentramos desde una mirada reflexiva y crítica para diseñar estos activismos literarios con y desde las escritoras. Sin duda, la necesidad urgente de hablar desde nosotras es lo que nos movió a idear estas acciones. Finalmente, este proyecto nace, se refuerza y actualiza con mi trabajo “Cartografía crítica de las escritoras del Bíobio”.

  1. ¿Cuáles son los criterios que han utilizado o la curatoría que han llevado cabo para decidir qué escritoras son las que participarán de cada encuentro?

En primer lugar, el criterio ha sido convocar a autoras con las que he compartido espacios de lectura, discusión política y estética, y, especialmente, que tuvieran una actuancia definida, crítica y lúcida respecto a su trabajo como escritora. Además, para conformar cada ciclo hemos tenido el cuidado de invitar a distintas escritoras, en tanto problemáticas sociales, estéticas, políticas y de género. Nos interesa que la edad y los lugares de origen de las escritoras sea diversa en cada mesa de diálogo. En estos primeros ciclos hemos convocado a las que tienen discursos y propuestas diferentes a la de los colegas escritores, y que se sitúen desde lugares lo menos convencionales y tradicionales posible. O sea, que tengan sus propios discursos o que, por lo menos, cuestionen los privilegios del lenguaje y simbólica masculinos.

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  1. ¿Cómo crees tú que en términos generales, las poetas se convierten en actores políticos a través de su trabajo literario?

Las escritoras trabajamos con el lenguaje, con las palabras. Trabajamos con significados, ideas, conceptos, metáforas cognitivas, tradiciones, saberes, memorias, etc. Todo esto crea efectos de realidad, y por eso me interesa que las autoras relaten sus procesos de obra. Para mí, esto responde a todo un trabajo de activismo literario-lingüístico feminista que he desarrollado sistemáticamente desde mis primeros años de estudio sobre la escritura hecha por mujeres. Mi tesis de pregrado “La dimensión espacial sagrada en la novela “El Cuarto Mundo de Diamela Eltit”, mi tesis de Magíster en Literatura “Poder y escritura en la novela Cárcel de Mujeres de María Carolina Geel” y mi tesis del Máster en Igualdad de Género “Discusiones y literatura comparada sobre el lenguaje y sexismo en el español de Chile”, han sido escritas desde mis inquietudes como escritora y como feminista. Y las he propuesto con un discurso crítico y de resistencia a los dispositivos masculinos y masculinizanstes en el área de los estudios literarios, filológicos y culturales. Este proyecto-ciclo de conversación sobre los procesos escriturales viene a responder también a estas inquietudes, que, como un tejido (textus-texto), viene a entralazarse con las propuestas y demandas de otras mujeres investigadoras, que me antecedieron, y con otras contemporáneas, donde lo más importante radica en reconocer que gracias a que las mujeres pudimos hablar sobre nosotras, y obrar según nuestros propios intereses, fue posible pensar que el proceso de liberación del patriarcado podía ser posible.

  1. ¿Cómo ves en términos generales la escena literaria chilena? ¿Existen políticas culturales que promuevan el trabajo literario desde discursividades femeninas?

Debo decir que en Chile no existen políticas públicas culturales. Sólo existen acciones, líneas de trabajo, planes y programas. Sin embargo, están dispersos, sin una política de Estado que proponga una práctica sistemática y sostenida en el tiempo más allá de los gobiernos de turno. A nivel país no hay un proyecto que se ofrezca a largo plazo para sostener, sin depender de los Fondos de Cultura, el trabajo literario y cultural. Se destina una cantidad insignificante de dinero para las artes y la cultura. Lo más grave es que lo poco y nada que se “ofrece”, se hace sin una perspectiva de género seria, profunda y crítica (que además, en el caso de los Fondos del Libro, deben pasar por jurados inexpertos). Tener agenda de género no significa solamente darle más dinero a las mujeres o más premios, sino que es planificar toda una plataforma de políticas públicas interseccionadas que den cuenta de las brechas entre hombres y mujeres desde su origen (clase, etnia, escolaridad, región,etc.) Hasta hoy no existe una política pública destinada a promover seriamente diagnósticos o cartografías de lo que sucede con nosotras en tanto trabajadoras y pensadoras. No existe el interés real de “cartografiar” geopolíticamente el estado de la cuestión para verificar y dar cuenta de los enormes y aberrantes desequilibrios en todo lo referido a las artes literarias y cultura.

Desde mi lugar, y mientras los que tienen la plata se ponen de acuerdo, es urgente reconocer que cada obra, libro e investigación se lleva a cabo gracias al ímpetu y necesidades de cada una de las escritoras, pues un año puedes “adjudicarte” un millón de pesos para escribir, pero al otro año no tener nada, y de resolver el tema material nadie más se ocupa que nosotras mismas. Esta es la escena; irregular y de incertidumbre constante. No obstante, todo lo anterior, siempre las escritoras y artistas estamos construyendo nuestros espacios para la realización y creación de textualidades distintas a las “oficiales”. No nos quedamos sentadas esperando el dinero ni la política pública que nos podría beneficiar. Luego, es necesario decir y destacar que la escena literaria chilena de las mujeres es la de ser gestoras de su propia obra, de sus propios encuentros, lecturas, ferias, editoriales, etc.

Lo mejor de todo es que cada día crece más la mirada crítica, situada e independiente, lo que nos otorga poder de decisión sobre lo que queremos, proponemos, y cómo actuamos desde nuestros propios espacios. Aunque hay autoras, en mayor cantidad, las narradoras, que están teniendo mayor realce y son más leídas. Eso no significa, necesariamente, que sus discursividades estén teniendo mayor eco, sino que el negocio editorial en Chile (con sus transnacionales del libro) ha visto que es un producto novedoso de consumo (más que la poesía). Afortunadamente, y desde mi trabajo como investigadora y lectora crítica, veo que la mayoría de las narradoras son increíbles y de una pluma lúcida y dinámica.

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  1. ¿Cuál es tu visión sobre la presencia de los temas de género en nuestra sociedad y en específico, sobre la legitimación o no del imaginario femenino dentro de los circuitos oficiales y/o convencionales?

Cada día se habla más de género y feminismo, pero observo críticamente este fenómeno, pues, por ejemplo, si sólo me refiero a mis colegas docentes, escritores, veo la superficialidad en su comprensión acerca de lo político que implica esta actuancia (perspectiva, epistemología y saberes). Veo con perplejidad cómo es tan fácil para ellos decirse feminista y hablar sin ninguna reflexión. Muchos, y muchas, no tienen idea de lo que hemos tenido que luchar para nombrarnos feministas sin que nos “quemen”. Veo que no hay un interés real y honesto por conocer a cabalidad nuestras reflexiones, saberes, epistemologías y críticas históricas. Todavía se habla de las poetisas, todavía se duda de los premios que algunas recibimos, todavía se cuestionan nuestras obras y propuestas (“son graves, “se van en la volá”, “relájate mujer”- nos dicen a muchas). Todavía nos deslegitiman por nuestras posiciones, por tomar partido por nosotras, porque muchas hemos decidido dejar de servirle al patriarcado literario chileno. Todavía nos deslegitiman por escribir poco o por escribir mucho, por trabajar en universidades o por ser independientes. Todavía nos deslegitiman por no tener títulos universitarios o por tener muchos grados académicos. Todavía nos deslegitiman por ser académicas o por no ser académicas, por ser poco rigurosa o por ser muy “cuática” en la escritura, etc. etc. O sea, nos siguen mirando como “menores de edad”, como “de una clase inferior”, como ·hermanas menores”; como objetos. Es muy peligrosa la dinámica de poder que se ejerce en los círculos de escritores, pues por un lado nos consideran e invitan, pero por otro, y hoy más que nunca, nos roban los discursos para apropiárselos, reciclarlos y meterlos en libros, proyectos, etc., sin citarnos ni reconocernos. Esto pasa a diario y es muy violento. Entonces, sospecho de toda “legitimación” que se nos otorgue de un día para otro a las escritoras, que públicamente nos hemos situado desde los feminismos, pues “ser y estar feminista” no es sólo un tema, sino que es una problemática compleja ( teoría y práctica). Y esto, les molesta a muchas personas (hombres y mujeres). La libertad molesta. El discurso propio les repele. El reconocer a la otra en su singularidad y rebeldía incomoda. Incluso, a veces, son más reconocidas las poetas que le sirven la copa de vino al poeta -maestro, que reconocer a la escritora que está haciendo crítica cultural y visibilizando procesos de obra propios o de otras. Se confunde el respeto y reconocimiento con el amiguismo servil. En resumen, la escena literaria chilena es muy violenta, no así la escena literaria de las escritoras feministas, que nos conocemos y hacemos lo imposible por generar y profundizar lazos de amistad y colaboración.

  1. Por último, cuéntanos sobre las nuevas fechas que se vienen en Mujeres de Puño y Letra y qué otros proyectos estás desarrollando actualmente.

Con Angela Rivera estamos decididas a continuar con este proyecto e innovar en las propuestas, por ejemplo, nos interesa presentar a las dramaturgas, guionistas. Esto nos entusiasma, pues las obras de estas escritoras sólo se ven y conocen si es que se llevan a una puesta en escena, pero se desconoce su proceso creativo en tanto pensadoras. También, nos parece urgente planificar las fechas con las escritoras que se están proponiendo al Premio Nacional de Literatura 2016 para poder apoyarlas dando a conocer su trabajo al público de Concepción. Hasta ahora ya nos han acompañado Teresa Calderón y Elvira Hernández, entonces nos falta Carmen Berenguer y Delia Dominguez. Más que el Premio, nos interesa reflexionar en torno a éste (sus juegos de poder, su pertinencia, su simbólica, su manejo político, etc.) y la situación de las mujeres en comparación con la de los hombres respecto al acceso y difusión de su trabajo.

Además de los ciclos, ya estamos trabajando en la “Primera Antología de Escritoras chilenas. Mujeres de Puño y Letra”. Esta acción la proyectamos desde Ediciones Mujeres de Puño y Letra, mientras buscamos y gestionamos recursos económicos para hacer un tiraje mínimo de 1.000 ejemplares, que tenga una excelente calidad material y contenido recopilatorio y crítico destacable. La idea es ampliar nuestra labor a publicaciones, presentaciones de libros, archivos audiovisuales, etc. de las escritoras que tengan una propuesta “de puño y letra”.

Por otro lado, continuamos trabajando nuestro sitio web (http://mujeresdepunoyletra.wordpress.com), el que nos ha ayudado de soporte digital para todo el trabajo de registro y archivo que realizamos cada fecha. Esperamos que la página se convierta en un recurso bibliográfico para todas las personas que deseen conocer más acerca de la literatura escrita por mujeres, pudiendo encontrar en ella galerías fotográficas, reseñas y videos de cada autora. Por último, destaco que por cada actividad de conversación literaria diseñamos una plaquette con los textos y biografías de las escritoras. La idea es venderlas para continuar autogestionando estas iniciativas que son realmente de carácter urgente.

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