Jueza investiga a "La Cucaracha"

Caso Matute: Descartan presunta confesión revelada por cura Andrés San Martín

“Por protagonismo, inmadurez, insanidad mental o psicosis colectiva en esta ciudad, muchos mintieron en la causa, tergiversaron hechos, asumieron como ciertas algunas situaciones que no fueron tales”, aseveró la ministra Carola Rivas al diario El Mercurio.

Por Matías Rojas

15/04/2016

Publicado en

Chile / Policial / Portada

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CasoMatute

La supuesta confesión dada a conocer al ex sacerdote penquista Andrés San Martín, quien desde 2003 afirma conocer la identidad de los sujetos involucrados en la desaparición y muerte de Jorge Matute Johns, sería una mentira más dentro del proceso judicial que sustancia la ministra en visita Carola Rivas.

En una entrevista con El Mercurio, la magistrado reveló que su investigación se centra ahora en determinar el contexto de la fiesta realizada la noche del 19 al 20 de noviembre de 1999 en la discoteca “La Cucaracha” de Talcahuano, regentada por el ex médico y arquitecto Bruno Betanzo.

Según la versión del periódico, las averiguaciones pretenden aclarar las amistades que tenía Jorge Matute antes del fatídico hecho y las sustancias ilícitas consumidas al interior del local nocturno.

“¿Qué drogas se consumían a fines de los 90?, ¿qué tipo de gente iba a la discoteca La Cucaracha?, o ¿con qué tipo de amigos se vinculaba la víctima?”, son las preguntas mencionadas por la ministra Rivas.

Los antecedentes que sean recogidos en esta línea ayudarían a “contextualizar la forma en que esto (el pentobarbital, el analgésico que le causó la muerte a Matute), puede llegar a ese ambiente de discoteca”, y comprobar si la ingesta de la droga se realizó por vía oral, en forma de “cápsula”, agregó.

“Por protagonismo, inmadurez, insanidad mental o psicosis colectiva en esta ciudad, muchos mintieron en la causa, tergiversaron hechos, asumieron como ciertas algunas situaciones que no fueron tales”, aseveró la ministra, y citó como ejemplo la presunta confesión recibida por el ex cura Andrés San Martín, quien se amparó en el derecho canónico para ocultar el origen de la información.

Respecto a la versión que siempre ha sostenido San Martín, ahora fuera de la Iglesia, la jueza sostuvo que “aquí no tenemos ningún hecho de una confesión” sino que “un protagonismo”.

EL CONTEXTO DE LA “CONFESIÓN”

Impacto generaron las declaraciones del ex párroco de la iglesia Buen Pastor de San Pedro de la Paz en febrero de 2003, justo en medio de una misa de conmemoración del vigésimo séptimo cumpleaños de Jorge Matute, donde señaló que el estudiante de ingeniería forestal estaba muerto y enterrado.

Aunque nunca se dio a conocer el nombre del presunto confesor, el detective a cargo de las pesquisas en Investigaciones, Héctor Arenas, afirmó en junio de 2014 al programa «Mentiras Verdaderas» de La Red que el religioso había cooperado con la policía y reforzado la hipótesis que apuntaba a la supuesta participación de un grupo de jóvenes en la muerte de Matute, a raíz de una golpiza que había sido propinada en el estacionamiento de La Cucaracha.

Según fuentes vinculadas al proceso, la ministra Rivas ya habría desechado de plano las conclusiones arribadas por el ex prefecto Arenas, mismas que anteriormente sirvieron de sustento para que la primera jueza, Flora Sepúlveda, procesara a siete jóvenes por obstrucción a la justicia.

De hecho, el año pasado este medio informó que la ministra empezaría a trabajar con un nuevo equipo integrado por detectives de Santiago y no de Concepción, a fin de investigar con la mayor imparcialidad posible aristas que los detectives de Arenas habían descartado, como la eventual vinculación del caso con tráfico de drogas y redes de protección policial.

En ese momento trascendió que el jefe de la Brigada de Homicidios de Concepción, Jorge Abatte, había suscrito un informe junto a Arenas que calificaba de «estupidez» el posible nexo entre el narcotráfico, el caso Matute y la muerte del cabo coronelino Marco Martínez, conectada con el traficante «Mañungo», quien era protegido por uniformados.

“Si hubiéramos pensado en el narcotráfico, probablemente todavía estaríamos decomisando drogas, encontrando personas ligadas a esa área, descubriríamos una intrincada red de personas influyentes asociadas ilícitamente, financistas e intermediarios de poca monta, pero de Matute nada”, reza el documento del 2001.

MUERTE VIOLENTA

Las mismas fuentes consultadas por El Ciudadano señalan que el hallazgo incidental de pentobarbital en el cadáver de Jorge Matute, ubicado en la ribera del río Biobío por un trabajador de limpieza en el verano de 2004, complejizó enormemente la investigación.

En septiembre de 2015, a partir de nuevos análisis, el director del SML, Patricio Bustos, confirmó que «Coke» había sufrido una “muerte violenta” en la que existió “participación de terceras personas, con ocultamiento distante del cuerpo”.

El documento recalcó que “la muerte de Jorge Matute Johns no puede ser explicada por una maniobra autoinferida con intención suicida o por muerte natural”.

También el año pasado, el ex mayor de Carabineros Andrés Ovalle, quien dirigió las pesquisas de su institución, declaró a un medio regional que él descartaba una ingesta voluntaria del pentobarbital con “fines recreativos”, puesto que nunca hubo antecedentes de que Matute consumiera drogas.

Igualmente, de acuerdo a su análisis como ex oficial de OS7 especializado en temas de narcotráfico, la sola presencia del medicamento en las cantidades halladas y la distancia entre la disco y el lugar del hallazgo del cadáver apuntaría a la intervención de terceros.

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