Chile condena plan israelí para retener Gaza y advierte: sería crimen de lesa humanidad

El Gobierno de Chile elevó su tono diplomático y condenó con firmeza la decisión del gabinete de seguridad de Israel de expandir las operaciones militares en la Franja de Gaza con el propósito de conquistar y retener el territorio palestino.

A través de un comunicado oficial, el Ministerio de Relaciones Exteriores afirmó que tal decisión, de concretarse, implicaría una violación flagrante del derecho internacional y sería incompatible con las normas fundamentales del derecho internacional humanitario.

“Un nuevo desplazamiento forzado sería un crimen de lesa humanidad”

El plan aprobado por unanimidad por el gabinete israelí, y presentado por el jefe de las Fuerzas de Defensa, Eyal Zamir, contempla la reclusión de la población palestina en el sur de Gaza y el control del flujo de ayuda humanitaria, lo que ha encendido las alarmas de la comunidad internacional.

Desde La Moneda, el gobierno recordó que el desplazamiento forzado de la población gazatí constituiría un crimen de lesa humanidad, conforme al Estatuto de Roma, el mismo cuerpo legal que rige la Corte Penal Internacional.

Chile exige entrada de ayuda humanitaria

El comunicado también cuestiona el plan de distribución de ayuda humanitaria anunciado por Tel Aviv, por considerarlo una violación a los principios de imparcialidad, independencia y neutralidad con los que debe operar la asistencia internacional.

“En ese sentido, exigimos a Israel que permita la entrada de ayuda humanitaria a Gaza”, sostiene el documento oficial de Cancillería.

Chile refuerza su posición en defensa del derecho internacional

Esta declaración se suma a las acciones que el gobierno chileno ha impulsado en foros multilaterales desde el inicio de la ofensiva israelí en Gaza, entre ellas, el llamado al alto al fuego, el respaldo a iniciativas humanitarias y la denuncia de prácticas que podrían constituir violaciones graves al derecho internacional.

El endurecimiento del tono diplomático chileno refleja una posición crítica ante la ocupación, y fortalece su imagen como país que promueve una solución pacífica, justa y basada en los derechos humanos para el conflicto en Medio Oriente.