Por Camila Silva Cortés
El proyecto para despenalizar el aborto más allá de las tres causales en Chile, anunciado por el Presidente Gabriel Boric en la pasada Cuenta Pública de 2024, busca regular la interrupción del embarazo hasta la semana 14 de gestación, además de fijar los mecanismos del sistema de salud para su implementación. En el caso de la objeción de conciencia, el proyecto conserva sus disposiciones ya establecidas por la ley, tanto a nivel personal como institucional.
Sin embargo, en entrevista con La Tercera, la ministra de la Mujer, Antonia Orellana, señaló que existe apertura para dialogar sobre posibles ajustes a la iniciativa, incluyendo la reducción del límite de semanas si eso facilita su avance en el Congreso.
El anuncio del Gobierno ha creado diferentes opiniones al respecto. Por un lado, están quienes se oponen al proyecto de ley, como algunos senadores, candidatos presidenciales e incluso representantes de la Iglesia. Uno de ellos es el senador José Miguel Insulza, quien en declaraciones para 24 horas anunció que votaría en contra del proyecto de ley. También está el caso de ciertos candidatos presidenciales como Jaime Mulet, Evelyn Matthei, José Antonio Kast y Johannes Kaiser, quienes se han declarado en contra de la despenalización del aborto.
Además, representantes de la Iglesia también se han pronunciado al respecto, como es el caso del cardenal Fernando Chomali, quien en conversación con TVN, señaló como un error “promover” el aborto. Además, agregó que, “el aborto elimina a un ser humano inocente y nosotros creemos que esa no es una solución frente a dramas que reconocemos”.
Por otro lado, figuras como Carolina Tohá, Jeannette Jara, Gonzalo Winter y Marco Enríquez-Ominami se han mostrado a favor de la medida. Ominami declaró a El Ciudadano: “lo importante para legislar no es estar a favor del aborto, sino estar en contra de la penalización, de la punición de una conducta, de una decisión que el hombre y la mujer no tienen garantizados por igual”.

¿Qué dicen las organizaciones feministas?
Desde la Región de Atacama, la agrupación de Mujeres Warmi Sisary Diego de Almagro señaló que, si bien están contentas con el proyecto, no ven con mucho optimismo la aprobación de este. “Ahora quizás se viene un gobierno de derecha y eso significaría que estas leyes van a retroceder, que van a quedar paradas. Yo creo que es bacán que se haya ingresado este proyecto pero yo no creo que lo aprueben porque hay mucho sector conservador que está en contra y esa es la realidad”, señaló su representante Sonia Flores Soto en conversación con El Ciudadano. Además, agregó que, “esto va a generar un debate y también va a generar un discurso y también va a generar aprovechamiento político para ambos sectores”.
Desde la Red Chilena Contra la Violencia hacia la Mujer, Priscilla González, representante de la organización, declaró en Diario U Chile que el aborto fuera de las 3 causales es una realidad, por lo que es fundamental que la maternidad sea deseada y no una opción. “Seguir limitando nuestros derechos solo profundiza la desigualdad. Las que tienen recursos pueden hacerse un aborto, ya sea yendo a otro país o accediendo al mercado clandestino, donde los precios para conseguir medicamentos para abortar son muy altos y se juega con la vida y con la seguridad de las mujeres, mientras que quienes no tienen la posibilidad de acceder a uno no pueden ejercer su autonomía”.
Por otro lado, Laura Bartolotti, encargada de incidencia de Corporación Humanas, señaló al mismo medio que, “en otros países que han legislado sobre el aborto se ve, al contrario de lo que señalan algunos grupos antiderechos sexuales y reproductivos, que baja notablemente la cantidad de abortos realizados porque las mujeres y niñas tienen más acceso a información, más acceso a anticonceptivos, más acceso a atenciones de salud”.
En la misma nota, Luz Reidel subdirectora de incidencia de Corporación Miles señaló que el proyecto era el resultado del esfuerzo de diferentes organizaciones que durante décadas han insistido en la presentación de este gobierno. Además, espera que, “a quienes les corresponde tomar la decisión al respecto lo hagan pensando en las políticas públicas que afectan o benefician a todas las personas y no solo eventualmente en convicciones individuales”.

¿Cómo es vivir el aborto en clandestinidad?
En nuestro país, el aborto fuera de las tres causales legales está tipificado como delito en el artículo 344 del Código Penal, norma que establece penas que van desde los 3 años y un día hasta 5 años de presidio. En los casos en los que el aborto se realice para ocultar deshonra, la pena se reduce a un rango de 541 días a 3 años de presidio. En un reportaje del año 2024 realizado por El País, se reveló que en Chile se realizan entre 30.000 a 150.000 abortos clandestinos por año.
Es innegable que miles de mujeres han tenido que abortar de forma clandestina, poniendo en riesgo su salud tanto física como mental. Ese fue el caso de S.P, quien hace unos dos años tuvo que pasar por esta difícil situación.
S.P tenía 25 años cuando se enteró de que estaba embarazada. Su sueldo no le alcanzaba para poder mantener a un hijo y vivía de allegada en la casa de unos parientes, razones por las cuales decidió tomar la difícil decisión de interrumpir su embarazo. La joven expresó que, aunque en otras circunstancias le habría gustado convertirse en madre, en ese momento no contaba con las condiciones necesarias. Su decisión se basó en no querer traer al mundo un hijo sin estabilidad económica, sin una familia consolidada y sin las oportunidades que ella considera fundamentales para su bienestar, señaló.
Siente que la sociedad ha avanzado muy poco en cuanto a estos temas y cuenta que, a pesar de que las personas no sabían lo que había hecho, escuchaba frases como “abortar es matar a alguien” y se sentía sumamente juzgada. S.P cree que este tipo de declaraciones provienen de “personas acomodadas que nunca han sufrido, que no saben lo que es traer un niño al mundo a sufrir”. Además agregó que: “los niños no nacen adultos, hay que mantenerlos, educarlos, darles contención emocional, entre muchas otras obligaciones que tienen las madres y no todas las mujeres estamos preparadas económica o mentalmente para eso”. Por lo mismo, sostiene que el aborto debería ser despenalizado, más allá de las 3 causales, ya que si bien siente que es un avance, no alcanza para ayudar a todas las mujeres que deciden abortar por otras causas igualmente válidas.
En cuanto a tener que realizar el procedimiento sin una ley que la respalde, S.P declaró haber tenido mucho miedo. “Piensas que si pasa lo peor, no tienes un respaldo… El dolor era tan grande que yo pensé que iba a morir”. Además, otro de sus temores fue no saber qué estaba tomando, “como las pastillas se venden clandestinamente, no sabes lo que realmente te están dando”. Comentó que si fuera legal se hubiera sentido mucho más tranquila para hacerlo de manera correcta y también por saber qué hacer después, “porque hay que ir al ginecólogo, hacerse ecografías y no hay orientación sobre eso”, sostuvo.
A pesar de lo anterior, la joven declaró haber tenido redes de apoyo, tanto de su madre, pareja y amigos cercanos. Además, señaló que hay organizaciones feministas que te ayudan en el proceso. S.P espera que en un futuro, las leyes protejan más a la mujer, que haya más redes de apoyo, que se hagan líneas femeninas de apoyo para este tipo de casos, y que haya más información al alcance de todas las mujeres, de cualquier estrato económico o de cualquier lugar de Chile. S.P concluyó que, “las decisiones en torno al cuerpo de la mujer no deberían estar sujetas a leyes que en su mayoría son creadas por hombres”.

Historia del aborto en Chile:
En Chile, desde el año 1931 el aborto fue legal bajo fines terapéuticos. Por lo tanto, se permitía interrumpir el embarazo cuando la vida o salud de la mujer estaban en riesgo. A pesar de ser una ley poco difundida, fue una alternativa legal para casos extremos.
Esta ley se mantendría por más de 50 años. Sin embargo, en 1989, poco tiempo antes de que terminara la dictadura militar, el régimen eliminó la posibilidad de acceder a un aborto terapéutico. El aborto fue criminalizado sin importar causal alguna. Veintiséis años después, se daría el primer paso para cambiar la ley vigente.
Fue en el año 2015, bajo la presidencia de Michelle Bachelet, que se ingresó el proyecto de ley de aborto en tres causales. Dos años pasaron hasta que se aprobara la ley en 2017, reconociendo el derecho de las mujeres a interrumpir el embarazo bajo tres causales: cuando está en riesgo la vida de la mujer, cuando existe inviabilidad fetal y en caso de que el embarazo haya sido producto de una violación.
Sin embargo, esta ley ha tenido algunas barreras, como es el caso de la objeción de conciencia, que puede ser personal o institucional, lo que ocasionó que en ciertos lugares del país las mujeres no pudieran acceder a la interrupción del embarazo ni siquiera bajo las tres causales, y que existan centros de salud que, bajo la objeción de conciencia no realizan abortos como institución.
Años después de la despenalización del aborto en tres causales, el Presidente Gabriel Boric, anunció durante la Cuenta Pública de 2024 el envío de un proyecto de ley que busca despenalizar el aborto voluntario hasta la semana 14 de gestación. Finalmente, la iniciativa ingresó un año más tarde, bajo un contexto en que las mujeres exigen modificar el reglamento de objeción de conciencia, el cual abrió el debate entre creencias personales y el derecho de las mujeres a la interrupción del embarazo bajo el marco de las tres causales.
Actualmente, el proyecto ha generado diversas posturas, generando una discusión que atraviesa la política, la ética, la religión y, sobre todo, el derecho de miles de mujeres a no ser criminalizadas ante un embarazo no deseado, especialmente aquellas que han tenido que enfrentar la desigualdad ante la ley.
Este medio contactó al equipo de comunicaciones del candidato presidencial del Frente Amplio, Gonzalo Winter, pero no obtuvo respuesta. También se intentó conseguir una postura del candidato presidencial de la Federación Regionalista Verde Social, Jaime Mulet, pero no se recibió respuesta hasta el cierre de esta edición. Por su parte, el encargado de prensa de Carolina Tohá, candidata presidencial del socialismo, explicó que la exministra tenía compromisos que dificultaban abordar el tema en esta ocasión.
Por Camila Silva Cortés